Silencio, se juega. Esa debería de ser la máxima aplicada en los salones de los hogares el Día de Reyes. Aunque este dato pase prácticamente desapercibido, expertos en audición señalan los peligros para la salud auditiva de los más pequeños de algunos juguetes, principalmente "algunas armas, las muñecas con sonido y los coches con sirenas y bocinas", según el audiologista de Audionova (con centros en A Coruña y Santiago) Pedro Paiva.

El ruido está asociado culturalmente a la diversión, la alegría y los festejos. Son fechas dadas al estruendo: petardos, fuegos artificiales, música, bullicio?y los Reyes Magos tienen su cuota de responsabilidad con algunos regalos demasiado sonoros para los más pequeños y contribuyen, sin querer, a poner en peligro la audición de los niños, tal y como advierte también la asociación Clave, de atención a la deficiencia auditiva. Eso sí, los riesgos principales se encuentran en productos de exportación que se venden como artículos infantiles.

"En estas fechas, las familias comparten muchos momentos con nuevos juguetes que emiten sonidos que acaban con la paciencia de los adultos. Pero, es esencial estar atento, ya que pueden constituir una amenaza para la salud auditiva de todos", explican. "El ruido es perjudicial para la mayoría de las personas a partir de los 85 decibelios (dB). Mediciones hechas aleatoriamente revelan que hay en el mercado algunos juguetes capaces de emitir sonidos que rebasan estos 85 decibelios a una distancia pegada al oído y un 27% lo logra a una distancia de 25 centímetros", asegura Paiva. Muchas pistolas y armas de juguete que funcionan con pilas pueden -jugando de forma normal- crear un ruido de entre 110 y 135 dB, o sea, el mismo nivel creado por un autobús o el producido en un concierto de rock. Según la asociación Clave, el ruido, menor aunque constante, de cajas de música y robots (sobre los 85-95 dB) puede ser también perjudicial si el juego se prolonga más allá de 15 minutos.

Y desde Audionova hacen referencia, por ejemplo, "a la distancia que existe entre el oído del niño y el juguete, puesto que puede ser muy pequeña, de tan solo algunos centímetros". En este caso, indican "no nos podemos olvidar que la longitud del brazo de un niño es más pequeño que el del adulto; además, a menudo los niños se llevan los juguetes a la boca o junto al oído, disminuyendo aún más esta distancia y aumentando considerablemente la intensidad del sonido".

En EEUU han dado el máximo galardón negativo al Buzz Ligthyear por sus 111 dB de ruido. La tradicional lista de la Sight & Hearing Association ha concedido a este juguete de la marca Mattel -un artilugio parlante de Toy Story- la distinción negativa. En España, el peligro no está tanto en la fabricación nacional sino en muchos modelos de exportación que violan las leyes de la UE. Expertos abogan por buscar otra alternativa si el juguete supera los 80 dB y no tiene regulador de volumen.