¿Muerte digna? El debate se mantiene cuando se cumplen 16 años del fallecimiento en directo de Ramón Sampedro, el gallego que entabló una batalla legal para conseguir que los tribunales le garantizasen su derecho a una marcha sin sufrimiento físico.

En el inicio de este 2014, el foco está en Bélgica y Alemania, dos casos que Galicia, tierra del tetrapléjico sonense con una historia que llegó a la gran pantalla, sigue estos días de cerca.

Ascensión Cambrón, miembro de la Asociación Derecho a Morir Dignamente, doctora en Filosofía y profesora titular de Filosofía del Derecho en la Universidad de A Coruña, ha asegurado hoy en una entrevista con Efe que el apoyo del sector médico es "condición necesaria, aunque no suficiente" para conseguir que la eutanasia se desbloquee.

"Tiene que ser la sociedad la que lo demande, pero yo sostengo que, sin un sector de la corporación médica a favor, es difícil que se desbloquee. Regular la eutanasia, si me remito a la experiencia de Bélgica y Holanda, requiere como condición necesaria, aunque no suficiente, que un sector importante de la clase sanitaria, especialmente médicos, la desbloqueen", dice.

A su modo de ver, "las organizaciones médico-colegiales ejercen una gran presión corporativa" y "el profesional no quiere correr riesgos a mayores de los que lleva implícitos la práctica sanitaria".

"Ayudar al suicidio tiene una penalización atenuada" recogida en el Código Penal y eso -añade- "no deja de ser una espada de Damocles sobre el personal sanitario, que es a quien se dirigen los enfermos para que les ayuden a morir".

En este sentido, considera que "el riesgo de ver penalizada su actividad es una presión bastante fuerte" para los doctores y un obstáculo para el "objetivo irrenunciable" de la Asociación Derecho a Morir Dignamente, de la que forma parte.

"Hay otro sector que apuesta por aumentar y mejorar los cuidados paliativos al final de la vida, lo cual está bien, pero no hay que confundirlo con lo que la Asociación" solicita.

"Yo, personalmente, veo justificada la apuesta por un derecho a una buena muerte. Una vida digna exige también una muerte digna", indica.

Es lo que consiguió Emiel Pauwels, el atleta más anciano de Bélgica, que se sometió el día 7 a la eutanasia a sus 95 años de edad tras compartir unas copas de champán de despedida con sus familiares y amigos en lo que fue, dijo mientras posaba sonriente para las cámaras, "la fiesta más feliz" de su vida.

"Me parece un gesto magnífico y la foto que reproducían los medios de comunicación, la expresión de los que están con él, es lo que da la satisfacción de cumplir los deseos de los que atraviesan situaciones individuales que no tienen solución", apunta la profesora universitaria.

Ella ha constatado que "cada vez hay un mayor número de individuos que demanda que se respete cómo quieren morir", un grupo del que formó parte Ramón Sampedro, que falleció tras ingerir agua con cianuro en enero de 1998, hace 16 años, cuando tenía 55 y llevaba 29 tetrapléjico.

"Su fortaleza y vitalidad eran extraordinarias. De ahí el tamaño sufrimiento de saberse privado de las facultades que le habían acompañado en su vida. El sufrimiento era insoportable. No tenía ni una puerta para la esperanza. Él me decía que había tenido que perder el sentimiento del pudor, que era una piltrafa humana. Es terrible oírselo decir a alguien", confiesa.

La "lucha" de Sampedro sensibilizó a la población respecto a la eutanasia y desembocó en la Ley de Autonomía del Paciente, que, según Ascensión Cambrón, no ha sido abordada en todas las comunidades autónomas por igual.

"Aquí, tenemos un equipo de gobierno con el que no hay demasiada suerte. A diferencia de Galicia, en Andalucía, con el mismo marco de la Ley de Autonomía del Paciente, se ha permitido cumplir el deseo de morir de Inmaculada Echevarría -sufría distrofia muscular y estaba en cama- y, posteriormente, otras dos personas en estado terminal", sostiene.

La asociación de la que forma parte Cambrón manifiesta "su apuesta clara por la legalización de la eutanasia" como un "derecho individual" y no quiere que "esta demanda quede en círculos de expertos, en capillas que resuelven el problema cuando se presenta" sino que se fomente "un debate público".

Mientras la asociación pide dar un paso adelante, en Alemania, el partido de la canciller Angela Merkel, la Unión Cristiano Demócrata (CDU), se plantea penalizar el suicidio asistido.

"En Alemania, se está pudiendo prestar ayuda a quienes desean morir aunque sin una legalización explícita. Cuando leo declaraciones del CDU entiendo que las fuerzas más conservadoras de esa coalición están queriendo impedir no ya que se ilegalice, sino también cerrar las vías abiertas que hay ahora para aplicar la eutanasia en casos concretos", apunta.

Se trata de personas "con pleno ejercicio de su libertad, en situaciones en que la salud ha hecho quiebra por razones diversas y la medicina no les ofrece ningún recurso ni esperanza de que van a mejorar, así que es respetabilísimo que soliciten ayuda para morir", concluye.