Desde mediados de la década del 2000, las tasas de nacimientos en Europa, Estados Unidos y varios países de América Latina han disminuido. En torno a un 20% de las europeas no son madres y solo entre un 2% y un 3% es por infertilidad. Mientras tanto, el número de nacimientos en España continúa el descenso iniciado en 2009 y la caída es ya del 18,3%.

Hace solo unas décadas se esperaba que una mujer llegara a la edad reproductiva, se casara y poco después comenzara a tener hijos. Hoy se tienen muchas más opciones: no casarse y no tener hijos, casarse y tenerlos, tener hijos sin padre, tenerlos con tratamientos de fertilidad, trabajar con hijos y trabajar sin hijos e, incluso, tener hijos sin madre.

Son conocidos los casos de actores y cantantes homosexuales que se han buscado un vientre de alquiler para cumplir su sueño de la paternidad. Este es el caso de Elton John, de 65 años, y su marido David Furnish, de 50, que justo el año pasado recibieron a su segundo bebé, Elías José Daniel Furnish-Joh, gestado del mismo vientre que el primero, Zachary.

También el cantante portorriqueño Ricky Martin apostó por la paternidad y hoy es un padre entregado con los mellizos Matteo y Valentino, de 5 años. Martin decidió dar ese paso en 2008, cuando tenía 36 años, estaba soltero y también gracias a un vientre de alquiler anónimo.

El ejemplo de Ricky Martin cundió en Miguel Bosé, que con cincuenta años se atrevió a ser padre de mellizos. Solo siete meses después de la llegada de Diego y Tadeo, el músico tuvo otros dos mellizos, Ivo y Telmo.

Junto a las mujeres que tienen muy claro que no desean ser madres existen otras que sienten la llamada de la maternidad cuando biológicamente es demasiado tarde. En los últimos cinco años aumentó un 34% el número de tratamientos de reproducción a mujeres mayores de 40 años.

Ante esta realidad social, la medicina reproductiva ofrece dos posibilidades a las mujeres: congelar sus ovocitos cuando todavía son jóvenes para poder usarlos cuando los necesiten o recurrir a óvulos de donante.

Sin embargo, hay casos que desafían a la propia ciencia y que han provocado una polémica abierta sobre el límite de edad para ser madres. En España, uno de los casos más llamativos fue el de la gaditana Carmen Bousada, una mujer que se convirtió en madre soltera en 2006 a los 67 años tras someterse a un tratamiento de fertilidad en Los Ángeles (Estados Unidos). La mujer falleció apenas dos años después de dar a luz víctima de un cáncer.

A la misma edad dio a luz la rumana Adriana Iliescu, que estaba embarazada de gemelas, pero una murió antes de nacer.

En 1994, la italiana Rosanna della Corte, de 62 años, dio a luz a un niño sano tras someterse a una fecundación in vitro y, tres años después, la filipina Araceli Keh, de 63 años, falsificó su historial haciendo creer a los médicos que tenía 53 y logró dar a luz a una niña.