El ejemplo. De Chabelita y Alberto Isla podría escribirles un libro. Bueno, un folleto, más bien un folletín. ¿Se han casado en secreto en los juzgados de paz de Málaga o están en trance de hacerlo? ¿Vive la niña en Cantora con la madre o vive con el novio? ¿Se dedicará el padre del segundo nieto de Isabel Pantoja al mundo de la canción, como ella y como Kiko, o al del toreo, por parte del abuelo ausente? Y sobre todo, ¿cuándo saldrá la exclusiva?, ¿será un dos en uno quizá, boda y bautizo? Podría contar y no parar, pero no lo hago, porque ¿ya nadie, ni ellos mismos, se acuerdan de que la folclórica pidió intimidad para la gestante? Pero sobre todo por salud mental. Permítanme tan sólo un apunte. Una frase lapidaria de la estrella en ciernes que es Chabelita (al tiempo): "Mi madre también se equivocó con Julián Muñoz". Alguien exhibe un supuesto whatsapp de la chica: "Igual no acabo con Alberto pero mi madre también se ha equivocado con Julián Muñoz". "Y mi hermano con un montón de chicas", sigue el mensaje presunto. Ahí les has dado, criatura. El ejemplo de la familia, el entorno del menor y todo eso. ¿Y no se les ocurre nada mejor que culpar al que está preso?

Dulces sueños. Colate reaparece en las vidas de los españoles tras el estruendoso divorcio de Paulina, a lo grande, en un concurso televisivo de bailes de salón. Salta a la pista despeinado, con legañas, vaqueros y un polo, con su logo de polo bueno. Sin entrar a fondo en la cuestión -sus dotes de danzarín- ¿qué pasó con el vestuario de relumbrón? Entre actuación y actuación, Nicolás se echó una cabezadita en el camerino... ¡y se quedó traspuesto! Ya le pasó tiempo atrás a Camilo Sesto en un juicio. Uno de los abogados avisó: mire señor juez, que Jesucristo Superstar podría caerse no ya de la cruz, sino de la silla. Camilo -su letrada lo explicó en su momento- estaba algo perjudicado por culpa de la medicación de postoperatorio. El artista no dudó en quitarse el zapato ante los togados. Por si algún listo estaba pensando en un estiramiento facial.

Pollos sin cabeza. Isabel II tiene los palacios hechos un témpano. Una vez una foto delató, dentro de la chimenea victoriana, un pequeño calefactor. A decir del parlamento británico, cada vez que la Reina enciende la luz y la calefacción en Buckingham le sale por un pico (casi un millón de euros al año) porque la instalación es antigua. Los lores le han sacado los colores a su monarca. Pero ella lo hace por el bien del planeta, y por su hijo, activista del calentamiento global. El príncipe Carlos ha llamado a los que niegan el cambio climático "pollos sin cabeza". Es decir, que el presidente del Gobierno español y su primo, el famoso primo de Rajoy, serían, para Charles, pollos descabezados. Pero como lo dice en inglés, igual Mariano no se da por aludido.

Como Justin. José Fernando es nuestro Justin Bieber particular. Muñecos rotos ambos, cegados por la fama y el dinero. Chavales que se han desmadrado. Jóvenes a los que les gusta la velocidad en todo. Justin es verdad que canta y baila y al hijo del torero no se le conocen ni dotes artísticas ni algo a lo que llamar profesión por ahora. Y el canadiense, de la misma edad que el otro, ya ha escrito su autobiografía y anunciado que se retira. Pero José Fernando aireó trapos sucios en televisión, que aquí es puerta de entrada al mundo del espectáculo. Lo malo es que José Fernando, nuestro Justin Bieber nacional, sigue entre rejas. Y el padre era el que le tenía que enderezar...

Pintura. Erre que erre. Blanca Cuesta tiene los ojos puestos en el Museo Thyssen, que para eso es de la familia. Aunque la familia no se hable. Blanca tiene los ojos puestos en el Thyssen. Ya lo demostró, junto a su marido Borja, cuando entraron una noche a rebuscar entre los papeles. Y cuando reclamaron su multimillonaria herencia. Y lo ha demostrado dedicando su tiempo, su esfuerzo y su arte, además de a los vástagos de Borja, a la pintura, lo que más le gustaba al difunto barón. Blanca lleva la pintura en la sangre. Ha sido exponer, por primera vez en serio (ya había hecho sus pinitos) y triunfar. No se entiende que la Baronesa, su suegra aunque le pese, no le abra de par en par las puertas del museo. Ya expresó la nuera su deseo en voz alta en una ocasión anterior y Tita le dejó las cosas claras: mi museo no expone pintura novel. Pues Carmen se lo pierde. No la necesita. Ya ha vendido una pila de cuadros, y bien caros, no como el constable que subastó la baronesa, claro, pero todo se andará. Y si la nota más destacada de la exposición fue que acudieran, por separado, Susana Uribarri y el polaco Darek, pareja desigual y rota, tampoco importa. Todo se andará.

Está Fernando Esteso con una mujer en la bañera y entra Andrés Pajares. Se levanta Esteso, Pajares cae de cabeza en la bañera y Esteso llorando ruega "sal de la bañera Roque... que me estás poniendo los cuernos pasados por agua...". Risas enlatadas. Otra: "Que vienen los socialistas", dice uno. "¿Pero vienen armados?" pregunta el otro. Risas enlatadas. Me vendo Ambiciones, dice Jesulín. Ah, pues yo te la compro, replica Esteso. Ji ji, ja ja. Era broma, asegura María José Campanario. Un chiste, ¿no lo pillan? Un diálogo de dúo cómico. ¿Es que no saben que los dos trabajan en Torrente 5? Pues eso. ¿Pero es que se lo habían creído? ¿Pensaban que el de Ubrique tenía apreturas económicas y ya no podía mantener la finca?, ¿y eso por qué?, ¿porque ya no torea, porque le salieron ruinosos los negocios, porque casi le subastan media hacienda, porque el padre deshacía más que hacía, porque la Guardia Civil se llevó la colección cinegética y los recuerdos de Currupipi? ¿Porque participa en programuchos de telerrealidad, porque vende exclusivas? Era guasa, chascarrillo de comedia celtibérica. Suenan risas enlatadas.