La noche de comadres en Verín se ha convertido en el pistoletazo de salida para el Entroido en la provincia de Ourense. Miles de personas participan cada año en esta fiesta que conjuga tradición y jolgorio y a la que, desde 2010, asiste fiel a la cita el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a quien siempre acompaña el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez; el alcalde anfitrión, Juan Manuel Jiménez Morán; y el delegado de la Xunta, Rogelio Martínez. El presidente, que en ediciones anteriores acudió de peregrino o con un disfraz indescifrable a base de una túnica y un sombrero de paja, ayer no sorprendió al repetir el frac y la pajarita de brillos plata y dorado que lució el año pasado.

El antifaz con el que intentó pasar desapercibido no cumplió su función y Feijóo fue descubierto desde el minuto uno. Decenas de mujeres le asaltaron para saludarle y fotografiarse con él, incluso cuando intentó pasar desapercibido entre la multitud que tomó el centro de Verín. La fiesta en esta villa del "triángulo máxico" del Entroido se desata a la hora de la cena pero el bullicio comienza ya a primera hora de la mañana con el ir y venir de las mujeres que preparan y ultiman sus trajes. Cada año más originales en la caracterización, las comadres invaden los restaurantes de la villa para cenar en una reunión que nació siendo "exclusiva" para ellas. Con los años, las mujeres han ido transigiendo y permiten que muchos se infiltren vestidos de mujeres. A pesar de esta intromisión, los cigarrones fueron sus custodios en el desfile con la Reina de Carnaval y el Entroido para salvaguardar el protagonismo femenino.