Las células cancerígenas se establecen en el cerebro y forman nuevos tumores al ajustarse a las venas capilares y sintetizar unas proteínas que bloquean las defensas naturales contra ellas, según un estudio publicado ayer en la revista Cell. El trabajo, realizado en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center y liderado por el científico español Joan Massagué, explica así el funcionamiento en el cerebro de la metástasis, el proceso por el que algunas células cancerígenas escapan de su tumor original y se instalan en otros tejidos y órganos.

La metástasis es la causa más común de las muertes por cáncer y los tumores cerebrales que nacen a través de este procedimiento son diez veces más comunes que los cánceres primarios.

Para llegar hasta el cerebro, estas células deben separarse del tumor donde se originaron, entrar en el torrente sanguíneo y cruzar unos vasos sanguíneos densos denominados "barrera de sangre del cerebro", por lo que la mayoría de ellas muere antes de implantarse en el cerebro, mejor protegido que otros órganos.

Tras tomar imágenes de las células cancerígenas en cerebros de ratones, los investigadores averiguaron que las células sobrevivientes crecen juntándose a los capilares sanguíneos .

Massagué espera demostrar durante los próximos meses que las metástasis a otros órganos se basan en el mismo mecanismo.