Unicef calcula que 1.400 niños menores de cinco años mueren diariamente de enfermedades diarreicas relacionadas con la falta de agua potable, saneamiento adecuado e higiene, según informó la organización con motivo del Día Mundial del Agua, que se conmemora hoy. La ONG denuncia que casi cuatro años después de que el mundo conquistara la meta de agua potable fijada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y después de que la Asamblea General de las Naciones Unidas declarara que el acceso al agua es un derecho humano, millones de personas aún carecen de ese elemento vital.

Cálculos estimados de Unicef y la OMS publicados en 2013 indican que en el mundo hay 768 millones de personas que carecen de acceso a agua potable, y debido a ello cada año se enferman y mueren cientos de miles de niños. En su mayoría, personas pobres que viven en zonas rurales apartadas o en barrios urbanos marginales. "Todo niño, ya sea rico o pobre, tiene derecho a la supervivencia, a la salud y a su propio futuro", afirma Sanjay Wijesekera, jefe de los programas mundiales de agua, saneamiento e higiene de Unicef. "El mundo no debería descansar hasta que todos los niños, mujeres y hombres cuenten con el acceso a agua y saneamiento que les corresponde por tratarse de un derecho", añade.

Dos terceras partes de la población mundial que no cuenta con fuentes mejoradas de agua potable se concentran en diez países: China (108 millones), India (99), Nigeria (63), Etiopía (43), Indonesia (39), República Democrática del Congo (37), Bangladesh (26), República Unida de Tanzania (22), Kenia (16) y Pakistán (16).