La Iglesia de Inglaterra celebró ayer en tono festivo el vigésimo aniversario de la ordenación de mujeres sacerdote, un hito histórico que, según lo previsto, culminará con la próxima consagración de obispas. Miles de sacerdotisas marcharon desde el centro de Londres hasta la catedral de San Pablo, en el este, donde el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia Anglicana, Justin Welby, pronunció un sermón en su honor, en el que conminó a los presentes a celebrar el evento "sin reprimirse", pues hace veinte años se les pidió discreción para no herir sensibilidades.