De un "traslado modélico" y un funcionamiento "satisfactorio" a unas instalaciones donde reina el "caos organizativo". El balance de los primeros 15 días de las nuevas Urgencias del Hospital Universitario de A Coruña es completamente opuesto si quien lo realiza son los trabajadores o la dirección del centro. Desde los sindicatos denunciaron ayer "graves deficiencias estructurales, de recursos materiales y dotación de personal" mientras que desde la gerencia aseguraron estar "plenamente satisfechos" con el funcionamiento del servicio, pese a reconocer incidencias "puntuales" -especialmente en las áreas que antes no estaban incorporadas a Urgencias como rayos o la sala de yesos- que achacan el periodo de adaptación necesario siempre que se estrenan nuevas instalaciones.

La Comisión de Centro Especializada del Chuac -del que forman parte CCOO, CIG y UXT, entre otros sindicatos- alertaron ayer de que "el caos" y la "improvisación" son los protagonistas en el día a día de las nuevas Urgencias. "Se ha solucionado el hacinamiento de los pacientes y ha mejorado su confort, pero el servicio presenta graves deficiencias como problemas con la distribución del material, con el envío de analíticas o la falta del personal", señala la presidenta de la Junta de Personal, María Seijo, quien asegura que los trabajadores "están al límite personal y profesional" ya que viven con la angustia permanente "de no poder resolver una situación urgente".

Una de las principales demandas de los sindicatos es que se amplíe la plantilla. "Ahora mismo hay sólo una enfermera para atender seis boxes", indica Ínés López, la presidenta de la Comisión, desde donde creen que habría que contratar a seis personas en las categorías de enfermería, celadores y auxiliares. Desde la gerencia, sin embargo, aseguran que la plantilla actual - 37 médicos, 83 enfermeros, 59 auxiliares, 41 celadores y ocho auxiliares de información- es "suficiente" y ya se reforzó "al contratar a seis celadores y siete auxiliares", señaló el director de procesos asistenciales, Ramón Ares, quien asegura que si fuera necesario se plantearía aumentar el personal.

Ares se mostró ayer muy satisfecho con el estreno de las nuevas Urgencias y tiró de datos para demostrar que la atención a los pacientes es ahora mejor que en las antiguas instalaciones. "El número medio de pacientes que a primera hora de la mañana esperaban en observación bajó de 62 a 40 durante estos primeros quince días", señaló y añadió: "Y la cifra de pacientes a la espera de una cama libre para ingresar también descendió de los 43 al día que había de media en 2013 a los 18 de estas semanas. Además ninguno de ellos esperó en urgencias sino que lo hico en la unidad de preingreso". Los sindicatos aseguran, sin embargo, que los pacientes continúan aguardando horas para someterse a una prueba y que "hay camillas en la sala de sillones, sin cortinas ni privacidad ninguna", indicó María Seijo.

La dirección del hospital asegura que con el traslado a las nuevas instalaciones también se han modificado ciertas rutinas del trabajo diario de los sanitarios. "Ahora todo funciona por controles y las enfemeras tienen más autonomía. Es un espacio muy grande pero está todo muy organizado y cada uno está en su zona de trabajo, no de un sistio para otro", resalta la coordinadora de Urgencias, Carmen Pita.

La visión de unos y otros dista mucho de coincidir. Eso sí, de momento, las reclamaciones de los pacientes han caído: de dos o tres diarias a once en 15 días.