El descenso en la oferta de trabajo en los concellos y el aumento de horas obligatorias de formación para inscribirse en el Registro Profesional de Socorristas Acuáticos de Galicia -requisito imprescindible para ejercer- son las principales causas de que los aspirantes a ocupar puestos de socorristas durante el periodo estival bajasen drásticamente este año. Si en 2013 había 3.700 inscritos en el registro autonómico de socorristas, este año tan solo se anotaron otros 40. En 2017, ya no será posible acceder con un curso de 80 horas, sino que serán necesarias 370 para poder inscribirse. "Dados los nuevos requisitos para entrar en el registro, la gente prefiere meterse a camarero antes que a socorrista", señala la presidenta de la Federación de Salvamento y Socorrismo de Galicia, Nuria Rodríguez, a poco más de una semana de que los vigilantes lleguen a los arenales.

-¿Qué requisitos deben cumplir aquellos que deseen inscribirse en el Registro Profesional de Socorristas Acuáticos de Galicia?

-En este instante existen tres vías para acceder al registro. En primer lugar, cualquier socorrista con un curso de 80 horas podrá inscribirse y ejercer hasta el año 2017. También se puede entrar a través de un curso homologado por la Consellería de Traballo. Por último, se puede acceder a través de los cursos de FP que contengan los módulos necesarios. No obstante, esto solo es posible a través de la titulación deportiva de salvamento, que está aún sin implantar debido al alto coste de los equipos necesarios para la instrucción de los alumnos.

-¿En qué centros se puede obtener el título necesario para inscribirse?

-En la actualidad existen dos centros que ofrecen estudios homologados para obtener el título de Técnico en Primeros Auxilios y Salvamento Acuático: el primero de ellos es la Academia de Seguridad Pública (Acasp) en A Estrada (Pontevedra) y el segundo es la Cruz Roja. Existe un último centro que próximamente abrirá sus puertas en Maside (Ourense).

-¿Cuál es el perfil de los socorristas gallegos?

-No exite un perfil específico. Hace años, el perfil se reflejaba en estudiantes que en verano buscaban sacarse algún dinero extra. Por aquel entonces, la media de edad rondaba los 21 años. Con la crisis, comenzaron a aparecer personas de edad más avanzada que empleaban estos meses en sacar ahorros para el resto del año. La media subió entonces hasta los 30 años. Ahora, de nuevo, la edad media ha descendido puesto que, dados los requisitos para inscribirse en el Registro Profesional, la gente prefiere meterse a camarero antes que a socorrista, así al menos, optan a tener trabajo todo el año.

-¿Qué recomendaciones da para evitar los accidentes en las zonas de baño?

-Desde la Federación siempre hablamos de la importancia de la prevención. Insistimos en que el socorrista no debería ser un rescatador, sino un previsor que evite que los accidentes se produzcan. De todos modos, existen una serie de recomendaciones que los bañistas deberían tener en cuenta: no estar en las playas en las horas de máxima exposición al calor, hidratarse adecuadamente, utilizar protector solar o evitar la hidrocución (el mal llamado corte de digestión) mojando las articulaciones poco a poco. Por otro lado, es muy importante la vigilancia paterna sobre los niños. Nuestros socorristas no pueden cuidar de los pequeños, son sus padres quienes deben hacerlo. La principal causa de muerte en nuestras playas son las imprudencias. Si una persona ve que otra está en peligro, debe avisar inmediatamente al socorrista o al 112 en lugar de lanzarse al agua. Pese a lo que se pueda creer, es mejor un ahogado que dos. El año pasado fue horrible en cuanto al número de fallecimientos a nivel estatal en las playas: 160 muertes.