A finales de este mes miles de dependientes comenzarán a sentir los recortes aplicados por el Gobierno central a las ayudas a este colectivo. La Consellería de Traballo e Benestar comenzó a revisar el caso de cada una de las 38.000 personas que reciben alguna prestación y durante los meses de junio y julio ya ha enviado las primeras notificaciones sobre el tijeretazo, que ya aplicará este mismo mes de agosto. En las pagas por cuidados familiares el recorte puede alcanzar un máximo de 25%, pasando de una ayuda de máxima 520 euros mensuales a 387 euros.

La Xunta aplica así los criterios más restrictivos en la prestación de dependencia fijados por el Ejecutivo de Rajoy hace dos años para ahorrar costes a las arcas públicas en un contexto de restricción del gasto que contrasta con el mensaje optimista lanzado el viernes sobre la recuperación económica, que, aseguró el presidente del Gobierno, ya llegado para quedarse.

El colectivo de dependientes, sin embargo, comienza a sufrir un nuevo hachazo con una revisión caso por caso con criterios más restrictivos. Se está analizando tanto el nivel económico de cada persona, en sustitución del criterio habitual de renta -se incluye así el patrimonio general, aunque la vivienda solo computará si supera los 300.000 euros-, como baremo para fijar la cuantía de ayuda o copago, como el nivel de dependencia.

Simplificación de grados

En 2012 el Gobierno decidió simplificar la clasificación de dependientes: de un sistema con tres grados y dos niveles cada uno, con ayudas entre 833 euros mensuales y 180, se pasa a uno de solo tres grados con aportaciones de entre 715 y 153 euros.

Desde 2012 se aplica ya este último criterio a quienes acceden al sistema, pero no a quienes ya recibían la prestación, a los que ahora se revisa con carácter retroactivo. En las pagas por cuidador el recorte alcanzará el 25%. A todos los 37.957 dependientes que en junio recibían una prestación en Galicia, de acuerdo con los datos del Imserso, se les analiza también el nivel económico.

La Consellería de Benestar no ofrece cifras de cuántos dependientes ya padecerán estos ajustes a finales de mes, pues el número de notificaciones varía día a día. Reconocen que de momento se trata de un porcentaje "pequeño". El proceso de revisión podría prolongarse entre siete y ocho meses, según sus cálculos.

Desde el departamento de Beatriz Mato matizan que las revisiones podrían dejar a algunos dependientes en la misma situación en que se encuentran ahora, aumentar su copago, o reducirlo en el caso de otros. De todas maneras, en abril, Benestar aseguró que reinvertiría en gasto social el ahorro generado por la revisión de las ayudas. Al aplicar ya este nuevo esquema a las nuevas prestaciones pagadas en 2013 y ante la previsión de cuántos nuevos dependientes accederán al sistema en 2014 la Xunta prevé un ahorro de un millón de euros, que dedicará a 60 plazas para discapacitados, si bien no revela cuánto recortará la prestación a quienes se encontraban en el sistema antes de 2012 y pasan ahora a ser reexaminados con los nuevos criterios.

Hasta ahora, existían tres grados de dependencia con dos niveles cada uno, desde el de mayor gravedad (grado III nivel 2) al de menos (grado I nivel 1). Aunque todos deberían recibir ya atención según los plazos previstos en la ley de 2007 aprobada por el Gobierno de Zapatero, el calendario se ha ido aplazando. Los pacientes más leves (grado I) no recibirán atención hasta 2015.

Pero a partir de ahora, sin embargo, únicamente existirán tres grados, por lo que si una persona de grado III nivel 1 baja de categoría hasta grado II sufrirán un gran hachazo en su prestación.