Después de viajar más de diez años, la nave Rosetta de la Agencia Espacial Europea se encontró ayer con el cometa 67P Churyumov-Gerasimenko, al que visitará en noviembre. Mientras, ya envió las primeras imágenes de la roca, unas fotografías históricas porque nunca el ojo humano estuvo tan cerca de un cometa.

Se trata de unas fotografías tomadas a una distancia de 285 kilómetros sobre la superficie de 67P y los científicos dicen que "superan todas las imágenes tomadas en misiones espaciales anteriores de superficies de cometas". En las imágenes que envía la sonda se pueden ver con claridad empinadas laderas y precipicios, así como estructuras de roca afilada, pozos prominentes y lisas llanuras.