Conseguir cita para ir al médico de cabecera en algunos centros de salud de las ciudades gallegas puede demorarse días e incluso semanas, según denuncian los propios facultativos de Atención Primaria. Aunque la receta electrónica ha permitido reducir un 20% las consultas -los crónicos ya no necesitan ir tan frecuentemente al ambulatorio a renovar la medicación-, los profesionales se quejan de que el Sergas está aumentando el cupo de pacientes que tienen que atender. Las vacantes, según se quejan, ya no se cubren y los pacientes de los que se encargaba el médico jubilado o de baja se reparten entre los profesionales que quedan. Según denuncian, en el área de A Coruña y Vigo hay doctores con hasta 1.800 o 2.000 tarjetas sanitarias asignadas, cuando la media recomendada por las sociedades científicas es de 1.200 y el Plan de Mellora de Atención Primaria aprobado en Galicia establecía que ningún médico superara las 1.500.

Según los datos del Ministerio de Sanidad, en Galicia la ratio de pacientes por médico es de 1.296, por debajo de la media española de 1.371. Sin embargo, los doctores de familia advierten que esa cifra tiene trampa. "La población se redujo mucho, sobre todo en el rural, y al final lo que ocurre es que en zonas de Lugo y Ourense hay médicos que solo tienen 400 pacientes asignados y, con esas cifras, baja mucho la media, aunque después en las ciudades esté lo problemático", explica el doctor coruñés Ramón Veras Castro, portavoz de la Plataforma SOS Sanidade Pública.

"El reparto de cupos es muy desigual por zonas", se queja Manuel González Moreira que tiene consulta en un centro de salud de Vigo. Según explica, el Sergas está utilizando "como excusa" que ahora ha bajado el número de consultas gracias a la receta electrónica para aumentar el cupo de población que atiende cada médico.

Según las cifras del Ministerio de Sanidad, si en 2008 cada gallego iba de media al médico 6,6 veces al año, ahora la frecuencia se redujo al 5,20. Sin embargo, los profesionales advierten que, aunque tienen menos consultas, éstas son cada vez son complejas puesto que Sanidade ha aumentado la capacidad resolutiva de los centros de salud. "Por ejemplo, ahora, podemos pedir endoscopias, pero para ello tenemos que pedir al paciente un consentimiento informado y cubrir un papel con indicaciones que lleva tiempo. También podemos hacer test de demencia, pero cada prueba tarda 15 minutos", explica Veras. Y la consulta telefónica que este año puso en marcha el Sergas tampoco alivió su carga de trabajo. "No nos quita trabajo" explican. A esta mayor carga de trabajo, se suma, según denuncian los médicos, que no se cubren todas las vacantes. "Cuando se jubila un médico, sus pacientes se reparten y te incrementan a ti tu cupo. Si antes atendíamos 35 consultas diarias, ahora están en 45 o 50 al día", sostienen.

Los médicos de familia del área sanitaria de A Coruña son los segundos que atienden un mayor cupo de tarjetas sanitarias por profesional en Galicia, según los datos del Ministerio de Sanidad. Con una ratio de 1.412 pacientes por facultativo, sólo les superan sus colegas del área de Pontevedra-Salnés, donde cada doctor tiene una media de 1.436 pacientes asignados. El tercer lugar en esta clasificación se encuentra Santiago, con 1.384, y a continuación, Vigo, con 1.354.

Y los datos más bajos corresponden al rural. En el área de Lugo-Cervo-Monforte el cupo de pacientes por cada médico es de 1.051 de media mientras que en Ourense-Verín-Monforte es de 1.148. En todo caso, el objetivo fijado por el Plan de Mellora de Atención Primaria de que ningún facultativo superase un cupo de 1.500 tarjetas sanitarias no se cumple, puesto que uno de cada cinco profesionales de Atención Primaria superan ese ratio.

Aunque las medias están por debajo, atendiendo caso por caso hay 416 facultativos de familia que atienden más de 1.500 pacientes, según las últimas estadísticas del Ministerio de Sanidad. La mayoría, unos 1.174 tienen un cupo que oscila entre los 1.000 y las 1.500 personas. Y unos 280 tienen menos de un millar de pacientes asignados, según la estadística del departamento que dirige Ana Mato.