El Patronato de Altamira decidió ayer continuar hasta febrero de 2015 con el régimen de visitas experimentales a la cueva, con el fin de ampliar los estudios iniciados hace seis meses para determinar el impacto de la presencia humana en sus pinturas rupestres. El estudio realizado por un grupo interdisciplinar de científicos constata que el impacto de las visitas experimentales -cinco personas cada semana designadas por sorteo- ha sido hasta ahora "prácticamente imperceptible" sobre las pinturas, según indicó el director del grupo de investigadores, Gäel de Guichen.

El científico asegura que los estudios constatan que la cuevas se encuentra en un estado "frágil, pero estable", y defendió la continuidad seis meses más del estudio para observar cómo varían las condiciones interiores de la cavidad durante un año completo. Según señaló, será en febrero de 2015 cuando se pueda determinar, a propuesta del equipo científico, si se cierran las cuevas a las visitas, se mantiene el actual régimen o se incrementa el número de personas a las que se permite el acceso, tanto ciudadanos como investigadores.

El presidente de Cantabria, Ignacio Diego calificó como un "ejercicio de prudencia" el mantenimiento durante seis meses más del actual régimen de acceso experimental a la cueva, aunque apuntó que la "sana ambición" de su Ejecutivo es que se amplíe el número de visitantes cuando sea posible.