Tutankamon, el faraón más mediático del antiguo Egipto, sigue rodeado de misterio. Las tesis oficiales van cada año cayendo sustituidas por nuevas investigaciones. A día de hoy, se pone en duda que hubiera muerto de malaria o de una grave enfermedad ósea. "Está por descubrir de qué murió. Su momia tiene lesiones en el rostro y en el pecho. No parece que la malaria haya sido la razón porque esta enfermedad era endémica de los reyes. Yo creo que Tutankamon estaba delicado y que le ayudaron a morir porque convenía zanjar la situación". Quien defiende esta tesis es el egiptólogo Francisco Martín, del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto de Madrid y director de la Misión Arqueológica Española en Luxor que lleva realizando excavaciones en Egipto desde el año 2000.

Este experto también pone en duda datos del árbol genealógico del joven faraón. Por una parte, apunta que, tras una comprobación vía ADN, se sabe que su madre no fue una hija de Nefertiti sino la hija del rey Amen-Hotep III. Tampoco cree que el padre de Tutankamon (Tut Anj Amon) haya sido Amenhotep IV, también conocido como Amenofis IV o Akenatón como señalan "99 de cada 100 libros de historia". "Hasta ahora, se decía que reinó Amenhotep III y que cuando muere este, llega al poder Amenhotep IV y que este era padre de Tutankamon. Nosotros hemos analizado documentos y hemos encontrado inscripciones en las que Tutankamon se reivindica como hijo de Amenhotep III", apunta el arqueólogo.

Para arrojar luz sobre esta genealogía y una parte muy importante de la historia del antiguo Egipto, la misión española retomará a principios de octubre y durante tres meses las excavaciones en la tumba tebana en Luxor de un visir que trabajó para el supuesto padre de Tuntakamon, considerada como la más grande de la dinastía XVIII.

En el equipo, habrá un gallego, el restaurador Juan José Mosquera Feijoo (Monforte de Lemos, 1980). Diplomado en Restauración de Bienes Culturales por la Escuela de Pontevedra, se encuentra ahora mismo matriculado para realizar la equivalencia del curso a grado y fue incorporado al equipo tras conocer los trabajos de la misión española en unas charlas en el Museo de Pontevedra donde Martín dirigió la actual exposición De la vida a la muerte, con 132 piezas egipcias.

Para Mosquera, será la primera vez que participe en una excavación en Egipto. Su misión exactamente la conocerá cuando llegue a Luxor; pero todo apunta a que tendrá que colaborar en la restauración de unas columnas y otros restos.

Su satisfacción por participar en este proyecto arqueológico no obedece a que este esté vinculado a Tuntakamon sino más bien "al momento histórico en el que reinó Amenhotep III". Fue un momento de revuelta en el régimen faraónico, donde hubo una ruptura en la religión. "Fue un momento muy turbulento, parecido a la Revolución Francesa, se persiguió a mucha gente y se destruyeron inscripciones por intereses políticos y religiosos. Ha quedado un vacío de esa época, como si hubiesen quitado cinco páginas de los libros de historia. Nosotros estamos tratando de reescribirlas", apunta el arqueólogo español Francisco Martín.

Una nueva misión para intentar poner luz a algunos de los misterios que rodean a Tutankamon.