En las afueras de la pequeña población catalana de Polinyà se ubica la imprenta de CPS-Egedsa, donde centenares de volúmenes de la vigésimo tercera edición del Diccionario de la lengua española (DRAE) esperan transporte para llegar a las librerías de todo el mundo el próximo 16 de octubre, día en el que la acepción de "gallego" como tonto dejará de figurar en la versión actualizada de este diccionario.

El director de la Real Academia Española (RAE), José Manuel Blecua, junto a un grupo de periodistas, realizaron ayer una visita al lugar para conocer los procesos de alzado, cosido, encuadernado y estuchado del nuevo diccionario, cuya publicación, que se ha adelantado unos días, incluirá en sus 2.376 finas páginas un total de 93.111 artículos, frente a los 84.431 de 2001.

Viendo los 33 pliegos de 76 páginas cada uno corriendo por diferentes cintas de la imprenta o cómo los operarios van metiendo en estuches cada uno de los volúmenes ya acabados, Blecua dijo estar viviendo "un momento emocionante", al que se ha llegado después de muchas horas de trabajo, pues la obra ha sufrido una "profunda" revisión.