Mejores setas, pero más problemas para recogerlas. El clima de este verano -con lluvias y temperaturas suaves- ha hecho que la temporada micológica se adelante en Galicia, pero la normativa de la Xunta que regula por primera vez la recogida de estos hongos tiene en jaque a los aficionados. La nueva legislación pone límites a la recogida de setas en función de si son para consumo propio, para su explotación comercial o para la investigación científica y permite que los dueños de los montes acoten y prohíban la recogida en su propiedad. "El problema es que hasta enero la Xunta no hará público el registro de que en qué zonas se pueden recoger y en cuáles no", señala el secretario de la Federación Galega de Micoloxía, José Luis Tomé, quien pese a estar a favor de regular el sector, cree que esta normativa "será difícil de aplicar en la práctica" y provocará "enfrentamientos entre los aficionados y quienes tienen ánimo de lucro en la recogida de setas".

Una de las principales novedades con las que arranca esta temporada de setas es el máximo diario de ejemplares que pueden recogerse. El nuevo decreto de la Xunta -que también regula los aprovechamientos madereros o de corcho de los terrenos forestales- establece que para consumo propio se podrán recoger "un máximo de dos kilos por persona y día siempre que sean silvestres y no productos de plantación". Los aficionados gallegos discrepan sobre si este tope es suficiente o no. "Para la Federación es insuficiente ya que para algunas especies llegan dos kilos y para otras, hay ejemplares que ya los sobrepasan. En ese caso, ¿dejamos una parte en el monte?", señala Tomé. "La cantidad siempre será poca si el día que se sale al monte hay abundacia, pero sinceramente, mi experiencia me dice que si llego a casa con dos kilos de setas en la cesta puedo decir que he tenido un gran día setero", añade Carlos Alonso, de la asociación micológica Andoa de Cambre.

El decreto de la Xunta también fija un máximo de "cinco unidades representativas enteras por especie" al día para quienes recogen setas con "fines científicos y didácticos" mientras que no hay tope para quienes hacen la recogida con vistas comerciales. Eso sí, en este caso solo se pueden recoger en zonas donde el propietario del monte haya dado permiso. "No entendemos que si se regula la recogida para garantizar la conservación del recurso, justo no haya un límite para quienes hacen un aprovechamiento micológico comercial", indica José Tomé, quien resalta: "Hay empresas que, en temporada, exportan hasta 400 kilos al día".

Otra de las novedades de este año es dónde se podrán recoger las setas. Los aficionados a este producto gastronómico ya no podrán llenar sus cestas libremente ya que el decreto permite que los dueños de montes acoten sus propiedades "orientándolas a la viabilidad y aprovechamiento micológico" o simplemente puedan prohibir la recogida de setas en sus montes aunque no vaya a explotar este producto a nivel comercial. De este modo, la regulación de la Xunta explica que, tanto para consumo propio como para fines didácticos, se podrán recoger setas "sin necesidad de autorización de los propietarios del monte", pero siempre que sea fuera de los terrenos que están acotados. Cuando se recojan para fines comerciales deberá haber una autorización previa del propietario del monte donde se lleva a cabo la explotación micológica.

Tanto cuando el monte se destina al aprovechamiento micológico como cuando simplemente el dueño decide que quiere prohibir la recogida de setas en sus terrenos, esta decisión debe estar bien señalizada y también debe señalizarse adecuadamente qué perímetro es el que está acotado, según la normativa de la Xunta, quien prepara un registro con qué montes están acotados y cuáles no. Desde la Federación Galega de Micoloxía piden que este registro se haga público antes de enero para aclarar la situación a los aficionados ya que la temporada acaba de comenzar. Los consejos de las asociaciones micológicas mientras no se clarifiquen las zonas prohibidas y abiertas pasan por recurrir al sentido común. "No se debe entrar en propiedades privadas donde expresamente se prohíba el paso. Incluso no debemos entrar en propiedades cerradas para evitar no solo una sanción sino incluso conflictos con los propietarios", señalan desde Andoa. "No entrar en zonas acotadas con señalización y que puedan dejar claro dónde las recogieron", indican desde la Federación Galega de Micoloxía, donde explican que darán una acreditación a sus socios como miembros de la asociación para evitar posibles conflictos durante la recogida de setas.

La normativa de la Xunta también establece una serie de prácticas que están prohibidas durante la recogida de setas: remover el suelo "de manera que altere o perjudique la cubierta vegetal superficial", usar rastrillos o azadas que "perjudiquen la parte vegetativa de la seta", recoger setas por la noche, romper o deteriorar cualquier ejemplar que no sea objeto de recolección -salvo las roturas puntuales necesarias "para su identificación"-; recoger setas durante las primeras y últimas fases de su desarrollo (muy jóvenes o demasiados viejos), recoger o alterar especies protegidas, trasladar y almacenar setas en bolsas de plástico o recipientes que "impidan o disminuyan su permeabilidad".

Incumplir cualquiera de estas medidas, exceder el cupo máximo de producto o recoger en zonas acotadas sin permiso, por ejemplo, pueden ser sancionadas aunque la normativa no fija la cuantía para cada infracción. "Las sanciones tampoco quedan claras", señala José Luis Tomé, quien cree que esta norma "será difícil de llevar a la práctica". "Se darán situaciones absurdas como que un agente forestal, que tiene pocos conocimientos de micología, te pueda sancionar por llevar más kilos de los que se puede de setas pero no te informe de que llevas hongos tóxicos en la cesta", añade. Desde la asociación Andoa de Cambre aseguran que la ley "es un buen punto de partida" ya que era necesario regular "para evitar los daños que producían aquellos que recolectan con un fin meramente comercial y sin control", pero reconocen que, al ser una ley nueva, "tendrá que ir mejorando y definiendo poco a poco algunos aspectos".

La temporada de setas acaba de arrancar en la comunidad gallega y desde las asociaciones micológicas lo tienen claro: los aficionados deben informarse sobre los cambios debido a la nueva normativa, pero sobre todo salir al monte con sentido común.