"Esperamos que se llegue al objetivo final. Mi grupo tiene gran potencial en el futuro de fármacos de uso humano, el problema es que muchas de estas ideas necesitan una gran inversión, solo para realizar las pruebas de concepto, que son muy caras, y son las que permiten garantizar la viabilidad del medicamento". El catedrático de Medicina de la Universidade de Santiago (USC) Felipe Casanueva que acaba de ser nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Belgrado, es una figura clave en las investigaciones de nuevas aplicaciones clínicas, en este caso desgranando las posibilidades de acción en el cuerpo humano del péptido obestatina.

Como equipo de investigación en el área de salud, el grupo de Casanueva, que dio lugar al proyecto más específico del profesor Jesús Pérez Camiña, ha desvelado la potencialidad de la molécula para la regeneración muscular. "Ahora hay que realizar las pruebas de concepto para consolidar los resultados de la investigación y comprobar si es viable para convertirse en un fármaco", comenta Casanueva, optimista ante el gesto de la Administración para invertir en esta fase clave para sacar adelante cualquier proyecto. Se trata de un escalón imprescindible para llegar a la formulación final, un paso crucial para transferir el conocimiento de muchos años de laboratorio o también para quedarse a medio camino de un resultado final que se supone más que rentable.

"Hablamos de dos millones de euros, una inversión muy grande para conseguir en proyectos competitivos por parte de un grupo de investigación, por ejemplo; pero no se trata de una cifra tan desmesurada para una Administración", cuenta Casanueva. Explica que países como Estados Unidos, Alemania, Dinamarca o Suiza están más acostumbrados a invertir en buenas ideas, que prometen y necesitan de una inversión para probar su eficacia, incluso con compañías especializadas en dichos procesos, con infraestructuras y economías muy fuertes.

Soluciones médicas

El doctor Casanueva cuenta que el futuro fármaco tendría una gran proyección en el ámbito clínico. "Hablamos de regeneración muscular tras un accidente, por ejemplo, o en personas que tienen un miembro atrofiado, que puede ser de nacimiento. Pero también nos referimos a pacientes que sufren procesos de hospitalización largos por una enfermedad (como un cáncer, por ejemplo). En este caso los músculos se atrofian y llegan a provocar problemas de respiración, entre otros. Por ello existe una parte y un interés clínico enorme, con una potencialidad comercial muy grande", afirma Casanueva, que añade: "Nos faltan precisamente estos grupos intermedios que sean capaces de obtener los datos suficientes para que la patente sea comercializable, tras una investigación previa de siete años". "Esperamos que la transferencia valga la pena", puntualiza el profesor.