No existe una vacuna o medicina que eficaz contra la enfermedad del ébola, pero sí algunos tratamientos y vacunas experimentales, cuya eficacia ha sido probada en animales, pero sin saber qué efectos tendrán en seres humanos. La recuperación del paciente depende de su respuesta inmunitaria, según los expertos.

El fármaco Zmapp -el último de los que se aplica a la auxiliar de enfermería gallega Teresa Romero- está compuesto de tres anticuerpos monoclonales humanizados producidos transgénicamente y cultivados en plantas de tabaco de la especie Nicotiana benthamiana.

El diseño actual del proceso incluye la colocación de los genes de los anticuerpos deseados en dos virus de la planta para infectar sus células a través de la agrobacterium. La planta, comienza entonces a crear anticuerpos que posteriormente se extraen y se purifican. El proceso dura entorno a las dos semanas, mientras que el ciclo completo de producción dura unos meses. El medicamento fue administrado ya a por lo menos seis personas: dos norteamericanos se curaron, el sacerdote español Miguel Pajares -que falleció tras ser repatriado de Sierra Leona y recibir este tratamiento-, un médico liberiano que falleció y otro facultativo y un enfermero también originarios de Liberia.

Mientras, el Avigan (conocido en España como favipiravir y también, como T-705) es un antiviral homologado para la gripe de la empresa Toyama Chemical -filial del grupo FujiFilm- que está en la etapa de test clínicos en Estados Unidos. Fue uno de los primeros administrados a Teresa Romero. Inhibe la reproducción del virus en las células y fue probado con éxito en roedores infectados con ébola. El grupo japonés afirma que dispone de "reservas suficientes para más de 20.000 personas".

El favipiravir es un compuesto antiviral experimental con actividad frente a varios virus RNA. Es un derivado de la pirazinamida. El favipiravir ha mostrado actividad frente a virus de la gripe, el West Nile, fiebre amarilla, glosopeda, así como otros flavivirus, arenavirus, bunyavirus y alfavirus.

Junto a estos dos tratamientos, la paciente española es tratada con suero de personas que han sobrevivido a la infección. Se trata de la utilización de anticuerpos. En este caso de una religiosa que contrajo y sanó del virus en Sierra Leona.

El TKM-Ébola de la empresa canadiense Tekmira es una combinación de RNA interferentes que tienen como diana tres de las siete proteínas del ébola: la L polimerasa, la proteína asociada a membrana (VP24) y la (VP35) preparada con la tecnología de nanopartículas lipídicas de Tekmira.

Por su parte, GBV006 es un medicamento de la compañía Globavir Biosciences. Se trata de un cóctel de moléculas ya aprobadas cada una de ellas por la autoridad sanitaria norteamericana, la FDA, después de que fueran testadas en roedores. La compañía llegó a asegurar que "es posible hacer investigaciones directas en pacientes". A día de hoy este compuesto sigue en estudio y los responsables no han presentado solicitud de pruebas finales, aunque han asegurado poder producir rápidamente un centenar de dosis "en semanas".

Otro fármaco, el AVI-7537 de Sarepta Therapeutics, se mostró eficaz en monos con ébola, con unas cifras de curación que llegaron a alcanzar del 60 % al 80 %. El producto ha sido bien tolerado por el cuerpo de un pequeño grupo de individuos sanos que han servido como ensayo clínico en esta primera etapa del proceso de tests, un paso previo al de la comercialización. Se dispone actualmente de suficiente AVI-7537 para tratar a dos decenas de pacientes que contrajesen el virus del ébola.

Por otra parte, el Gobierno de Mali ha comenzado a experimentar un tipo de vacuna desarrollada en el país contra el virus del ébola, que ya ha sido aplicada a cinco voluntarios, según informó consejero del ministro de Sanidad del país, Daou Markatié.