Teresa Romero, la auxiliar de enfermería contagiada por el virus del ébola, de 44 años, se encuentra consciente y habla con el equipo médico que la atiende en el Hospital Carlos III donde se encuentra ingresada, según indicaron fuentes sanitarias. El equipo que atiende a la auxiliar de enfermería está integrado por diez personas, de las que tres son médicos. Al hospital acudió ayer el hermano de Teresa para interesarse por su estado de salud. Poco después, sobre las once y media, tras recibir información de los facultativos que la atienden, abandonó el centro sanitario.

Expertos del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) aseguraron ayer que las instalaciones del Carlos III, en el que además de Teresa Romero, permanecen otras 16 personas en observación, no cumple las características necesarias para enfrentarse a una emergencia de este tipo. "La infraestructura actual no está diseñada para cubrir este tipo de emergencias", aseguraron fuentes sanitarias a partir del informe realizado por los especialistas.

El ECDC envió hace unos días a Madrid a dos de sus inspectores para ayudar a las autoridades sanitarias españolas a investigar lo sucedido y a comprobar si los protocolos y las medidas de seguridad se cumplían. Los expertos visitaron el hospital los días 9, 10 y 11 de octubre y ayer avanzaron algunas de sus conclusiones. En su opinión, la actuación de los profesionales del servicio de medicina interna y de medicina tropical "es correcta y se ajusta a los protocolos".

También aseguran que "en el mejor de los niveles de protección siempre puede haber un accidente". En este caso se puede hablar de "accidente fortuito de muy baja probabilidad haciéndose las cosas correctamente". En cuanto a la protección de los profesionales, aseguran que es "la adecuada". En lo que respecta a la infraestructura, no la consideran idónea: "Las actuaciones que se han llevado a cabo y continúan realizándose en la actualidad tienden a mejorarlas".

La dirección del centro aseguró el pasado viernes a los sindicatos que ya ha tomado la decisión de instalar cámaras que graben -no como ahora, que no registran las imágenes-, incluso en las esclusas, esas pequeñas estancias donde los trabajadores se quitan los trajes de protección sucios. Otro de los compromisos del hospital fue ampliar estas esclusas, de apenas un metro cuadrado, y que los sanitarios han criticado porque la estrechez impide los movimientos y dificulta la maniobra de retirada de los equipos de protección.

Además de Teresa Romero, ayer permanecían ingresadas en el hospital otras 16 personas. El pasado viernes ingresaron tres mujeres: una peluquera, una enfermera y una limpiadora, esta última del centro de salud de Alcorcón, todas ellas asintomáticas. Además del caso confirmado hay otro caso en investigación, una enfermera que dio negativo en la primera prueba y está pendiente del resultado de la segunda. Uno de los aislados en el centro, Juan Manuel Parra, el médico que atendió a Romero en el hospital de Alcorcón durante 16 horas, dijo ayer a través de su cuenta de Twitter que se encuentra bien. "Animado, asintomático, deseando la mejoría de Teresa y volver a la normalidad de mi trabajo como médico de urgencias", escribió.

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, presidió ayer la segunda reunión del comité especial para la gestión del ébola en España. Más tarde se informó de que el estado de Teresa Romero no presentaba cambios significativos y continuaba estable dentro de la gravedad, y de que no había habido cambios reseñables entre el resto de los ingresados, que seguían asintomáticos.

Además, el Comité Especial se reunió con el Científico y ambos decidieron reforzar algunas áreas con la incorporación de especialistas en medicina intensiva, epidemiología y microbiología. También se acordó que España intensifique las gestiones en el ámbito internacional para compartir experiencia e intercambiar información sobre las actuaciones que se están llevando a cabo para prevenir y tratar las consecuencias derivadas del ébola.