El primer paso fue buscar entre los grupos de investigación de los hospitales resultados científicos lo suficientemente maduros como para apostar por ellos y convertirlos en rentables, unos beneficios que mediante esta fórmula en la que la Administración hace de mediador en transferencia "serán compartidos". "Se presentaron 32 proyectos con una potencialidad altísima. Tanteamos diez y al final se eligió el de la obestatina para intentar llegar a una posible terapia", expresa Sonia Martínez, directora xeral de Innovación y Gestión de la Salud Pública del Sergas . Cuenta que no solo se encontraron con propuestas para nuevos medicamentos, sino investigación sobre software, dispositivos o nuevos servicios. "La investigación hospitalaria es brillante", señala.

-Sorprende el concurso público para que una empresa defina un fármaco. ¿El Sergas opera casi como experto en transferencia, en este caso?

-Es que las cosas están cambiando. No se trata solo de comprar, sino de funcionar como un motor económico. En el marco de la innovación, con Innova Saúde, sacamos el año pasado el programa PRIS (desarrollo de los resultados de investigación del Sistema Público de Salud de Galicia) para aportar valor a los proyectos.

-¿Es la parte final de la investigación?

-Los investigadores saben muchísimo de su línea de investigación o qué problema médico o clínico pueden resolver. Los resultados que nos encontramos son brillantes. Saben aplicar un método científico muy riguroso pero no son una compañía farmacéutica. Para llevar a una posible terapia hacen falta millones de euros y entre 10 y 15 años.

-¿Confía en ver un fármaco ideado en los laboratorios hospitalarios gallegos en el mercado?

-Los resultados del grupo de investigación de Jesús Pérez Camiña son clave en investigación biomédica: la obestatina, que es un endógeno natural, tiene un papel en la regeneración muscular. Lo han probado en ratones y los resultados son muy prometedores. Pero requiere una inversión enorme.

-¿Qué hace falta ahora?

-Contratar la formulación galénica que ha de desarrollar una empresa, con experimentos en sus modelos animales. Así conseguiremos el corpus de investigación necesario para negociar la licencia de esa patente con otra empresa más potente. Es la forma de llegar al mercado y asegurar la entrada de financiación en el sistema para poder seguir investigando.

-¿De momento consta la patente de uso de estos investigadores?

-Sí, esa es la base. Ahora viene la parte del plan de negocio, definir la forma del fármaco (inyectable, oral...), encontrar un nicho de mercado... Es pasar de un entorno académico al entorno del negocio. Al final se decidirá si se monta una empresa para la comercialización o se licencia la patente a otra empresa.

-¿Se compartirán los beneficios de este fármaco?

-Sí, en este caso participan el Servizo Galego de Saúde (Sergas), la Universidade de Santiago de Compostela, investigadores y la Fundación Ramón Domínguez, por ejemplo.