Las cifras oficiales establecen que más 41.500 gallegos padecen alguna enfermedad mental como trastorno bipolar, de la personalidad o esquizofrenia, pero, según los expertos, el número de pacientes que sufren trastornos psiquiátricos severos y crónicos "es mucho mayor". Una realidad que contrasta con el estigma social e institucional que, casi tres décadas después de la integración de los servicios de salud mental en los hospitales generales, sigue pesando sobre estos pacientes.

"La esquizofrenia, el trastorno bipolar o el trastorno obsesivo-compulsivo son patologías que suponen un giro de 180 grados en la vida de las personas que las padecen y en la de sus allegados, pero que se pueden tratar y que, con voluntad y constancia, pueden dar lugar a la recuperación de una vida estable por parte del paciente. Y si son tantas las personas afectadas y es posible su recuperación, ¿a qué se debe la falta de recursos en la atención a este colectivo?", se preguntan desde la Federación de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Feafes) de Galicia, entidad sin ánimo de lucro creada en 1995 y que, en la actualidad, agrupa a 14 asociaciones repartidas por toda la comunidad gallega.

Con motivo del Día Internacional de la Enfermedad Mental, que se conmemoró el viernes, Feafes Galicia alza una vez más la voz para reivindicar una "mejor y mayor atención a este colectivo". "Bajo la premisa de que las enfermedades mentales eran un problema esencialmente sanitario, durante mucho tiempo no se afrontó su atención de una manera integral, y se olvidaron muchos aspectos de la vida de las personas que van más allá de los hospitales", apunta el presidente de la entidad, Xosé Ramón Girón. "Queremos hacer ver que la recuperación de la enfermedad mental pasa por el abordaje integral de la situación de las personas que la padecen, teniendo en cuenta todos sus condicionantes y los de su entorno", señala Girón, quien reclama a las administraciones la "dotación de apoyos y soportes que permiten hacer frente a la realidad plena" de estos enfermos y sus familias.

Un trastorno de dos

El presidente de Feafes Galicia recuerda que, en España, ocho de cada diez personas con enfermedad mental viven con sus familias. Una situación que, en muchas ocasiones, "genera una importante carga" en el hogar, pues la atención de un paciente psiquiátrico "trae asociada toda una serie de alteraciones en la vida del cuidador", casi siempre, la madre del paciente. "La enfermedad mental es una de las discapacidades con mayor impacto sobre las familias que son, por otro lado, la única red de seguridad que tienen la mayoría de los afectados, ya que este tipo de dolencias suelen aparecer en la adolescencia, por lo que todo su programa vital, de repente, desaparece", destaca Girón. Por eso, desde Feafes Galicia demandan apoyos específicos para el entorno más próximo, como programas de ayuda mutua o intervención familiar. "Las familias y los amigos son un elemento clave en la recuperación de estos pacientes", recuerdan.

Por otro lado, los efectos secundarios de la medicación impiden a muchos de estos enfermos llevar una vida normalizada y genera rechazo. De ahí que otra de las reivindicaciones del colectivo es que los profesionales de la salud trabajen para ajustar la medicación en cada caso individualizado, algo que es imposible, denuncian los familiares de afectados, "en consultas de 5 minutos".