"Cuando me lo ofrecieron tuve algo de miedo, pero ni me lo pensé, al día siguiente dije que sí". Sin dudas, así es como recuerda el coruñés Juan Carlos Agustín el día en el que decidió aceptar la propuesta de los médicos del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) y ser el primer gallego al que se le implanta un corazón artificial. Este vecino de Vimianzo, de 38 años, entraba en quirófano el pasado 7 de octubre para recibir un dispositivo de asistencia ventricular de larga duración y que ejerce las funciones de su ventrículo izquierdo, dañado por una insuficiencia cardíaca avanzada y refractaria. Veinte días después ya puede hacer vida normal y los médicos esperan que a lo largo de esta semana pueda volver a casa.

Una vida "muy limitada" en la que apenas podía hacer esfuerzos y en donde los ingresos hospitalarios eran una constante. Esta la situación que sufría José Carlos desde que con 32 años desarrolló una insufiencia cardíaca. Ahora, tres semanas después de recibir el corazón artificial, asegura que ya nota mejorías. "Aún estoy en fase de recuperación pero he mejorado mucho. Ya no me canso al caminar, antes me cansaba muchísimo en las cuestas", señala mientras deja claro que está "muy orgulloso" del equipo médico que le operó, en el que "siempre" confió.

Los médicos del Chuac plantearon a Juan Carlos la opción del corazón artificial ante la imposibilidad de someterse a un trasplante. "Sería lo ideal, pero estaba contraindicado porque el paciente tiene, debido a su patología cardíaca, elevada la presión del pulmón", indica la médica adjunta del servicio de Cardiología Marisa Crespo, quien añade que este tipo de dispositivos se destinan bien a pacientes en los que está contraindicado el trasplante o como "terapia de destino" hasta que cambien las circunstancias que impiden dicho trasplante. Este podría ser el caso de Juan Carlos ya que los médicos del Chuac esperan que, en el futuro, descienda la presión del pulmón y pueda recibir un órgano de un donante.

El dispositivo implantado, denominado HeartWare HVAD -el más avanzado de los disponibles hoy en día en el mercado-, se ha implantado ya en 7.000 pacientes en todo el mundo, seis en España. "Aquí solo se han implantado cuatro en Navarra, uno en el Hospital La Fe de Valencia y otro nosotros", señaló el jefe de Cirugía Cardíaca del Chuac, José Joaquín Cuenca, quien explicó que en esta caso el dispositivo funciona como un apoyo mecánico al corazón del paciente. Es decir, no se ha sustituido su corazón por uno artificial - "esto suele dar complicaciones", señaló- sino que "se puede decir que tiene como medio corazón artificial; este dispositivo ejerce la función de su ventrículo izquierdo que estaba dañado", indica Cuenca, quien añade: "Precisamente una de las cosas que más costó fue coordinar ambos ventrículos, el natural y el artificial, porque no funcionan del mismo modo", indicó.

Se trata de un dispositivo de larga duración y cuyo coste es similar a un trasplante de corazón. "Al cabo de un año, la inversión es similar porque este dispositivo tiene un coste inicial de unos 90.000 euros, pero después reduce los ingresos y la medicación es más barata. En el caso del trasplante hay que tener en cuenta los gastos del operativo de traer el órgano, se dan más ingresos y el tratamiento es más caro", indicó Cuenca, quien resaltó que en ningún caso estos aparatos sustituyen al trasplante. Los facultativos del área de Cirugía Cardíaca explicaron también que este tipo de operaciones se incluyen dentro del programa de trasplantes de corazón que, en Galicia, solo realiza el Chuac. De este modo, se derivarán a este centro a cualquier paciente que precise este dispositivo. "Entre 3 y 5 cada año", señalan.