El Consello da Cultura Galega aboga por mantener "una identidad Vigo-Coruña", con sus "especificidades", con respecto a la colección de arte de las antiguas cajas de ahorro, Caixanova y Caixa Galicia, que una vez fusionadas dieron lugar a la actual Abanca (propiedad del grupo venezolano Banesco).

Así lo ha expresado este lunes en comisión parlamentaria el presidente del organismo, Ramón Villares, antes de precisar que esto no quiere decir "que deban estar siempre" en dichas localidades, sino que el Consello da Cultura Galega parte de que "fueron concebidas como colección con una finalidad determinada" y que esto "de algún modo debe respetarse".

Esta idea, según ha destacado, es a partir de la que el Consello elaboró el informe sobre esta colección, aprobado por su plenario en mazo de este año y con el que avaló su declaración como bien de interés cultural (BIC).

"Fue hecho voluntariamente por nosotros, no fue pedido por ninguna institución; pero si fuera pedido, o cuando se declaren bien de interés cultural, pues naturalmente la base de nuestro parecer está ya en este informe", ha dicho Villares.

Esta afirmación le ha servido a la diputada del BNG Ana Pontón para criticar la actitud de la Xunta, y el hecho de que "un año después" sólo haya publicado el inicio de incoación del expediente para dicha declaración como BIC. "Comprobamos una vez más el desprecio de la Xunta en este ámbito", ha denunciado.

Unos 2,4 millones para el organismo

Villares ha comparecido en la comisión de economía del Parlamento para dar cuenta del presupuesto del Consello da Cultura para el año que viene, que se mantiene prácticamente sin variación con respecto a 2014, en unos 2,4 millones.

Después de desgranar las treintena de actividades desarrolladas por la institución durante este ejercicio, ha avanzado otras que prevé realizar en 2015, cuando situará en un lugar prioritario el debate sobre las políticas culturales en el ámbito europeo.

Así, ha avanzado la organización de un congreso sobre narración, literatura e identidad, otro sobre patrimonios culturales y dos exposiciones nuevas, la primera para presentar lo que ha sido significativo para la cultura gallega en 100 ideas y la segunda sobre la especie de "espejo exterior" que conformaron las revistas ilustradas en la emigración.

El responsable del ente ha defendido el rigor en el uso de recursos públicos, pese a encontrarse el Consello en una "meseta" tras las restricciones de los últimos años. Por este motivo, ha instado a los grupos a presentar enmiendas con el objetivo de incrementar sus fondos.

"Pasto de las zarzas"

Además, se ha referido a otros informes "de carácter trasversal" como uno referido al castillo de Monterrei (Ourense) y otro sobre el río Sarria (Lugo) y la posible afectación sobre un puente por unas obras que fueron contestadas por una plataforma ciudadana.

Interpelado por estos últimos por los portavoces de la oposición, Ramón Villares ha reconocido que la entidad que preside es "proteccionista por definición", pero "al mismo tiempo" ha apostado por ser "flexibles" puesto que "todo patrimonio bien conservado sí tiene alguna función" o, "si no, acaba siendo pasto de las zarzas".

Debate sobre la situación cultural

Los portavoces de PSdeG, AGE y BNG en el debate han aprovechado sus intervenciones para aludir a la situación del idioma y la lengua, lo que ha sido reprobado por parte del popular Agustín Baamonde, quien con todo ha acusado al nacionalismo de "intento de apropiación" cultural en Galicia.

Por su parte, el socialista Francisco Caamaño ha calificado de "clon" el presupuesto del Consello da Cultura Galega en comparación con el vigente, y ha advertido del panorama "dramático no solo para la cultura sino para muchos hombres y mujeres que viven de un sector fundamental".

El parlamentario de AGE Xabier Ron ha reprochado igualmente a la Xunta que mantenga "congelado" el presupuesto, antes de acusar a los populares de reducir partidas como las dedicadas al fomento del gallego.

Por último, la nacionalista Pontón ha hecho un balance "crítico" de cómo se encuentran lengua y cultura en la comunidad, ante el "desmantelamiento" y la falta de cumplimiento de normas como el plan de normalización.