Hay que perseguir la verdad aunque sea una búsqueda ilusoria que no tiene final, recomienda Roger-Pol Droit (París, 1949), consejero de filosofía de la Unesco, responsable del Instituto de Estudios Políticos de la capital gala y uno de los filósofos franceses más populares del momento, que ha venido a España a presentar su último libro Si solo me quedara una hora de vida (Paidós). Alcanzar la verdad será difícil, por no decir imposible, pero Droit sí tiene claro cómo tratar al yihadismo criminal: "Lo más peligroso que podemos hacer es quedarnos de brazos cruzados". Y su conclusión es contundente: "no veo otra solución que la guerra contra el fanatismo islamista", mientras nos recomienda centrarnos en lo esencial que al parecer no tiene que ver con el futuro y así es, desde luego, si solo nos queda una hora de vida.

-¿Qué pasa si digo mi nombre en voz alta en una habitación vacía?

-Se produce una especie de desdoblamiento de la personalidad porque nos da la sensación de que es otro el que nos llama. Es inquietante.

-¿Por qué me recomienda subir a un tren sin destino definido?

-Para huir de la habitual utilidad de los transportes que es algo puramente instrumental. Si me subo a un tren sin destino descubro un espacio intenso, nuevo, que existe por sí mismo no porque me lleve a un lugar.

-¿Qué pasa si me imagino que solo me queda una hora de vida?

-Me libro del futuro. Ya no necesito hacer régimen ni preocuparme por los vicios ni hacer planes de ahorro. Solo me queda el presente y la reflexión.

-También queda el pasado, ¿no?

-En todo caso, es una forma de concentrarse en lo esencial.

-¿Qué es lo esencial?

-Depende de cada uno. Lo que he intentado hacer es un ejercicio, un juego mental en el que puede imbuirse el que lo desee para ver qué haría si solo le quedase una hora de vida en la que preocuparse por la muerte ya dejaría también de tener sentido.

-¿Para qué sirve la tabla ejercicios que usted propone en su libro 101 experiencias de filosofía cotidiana

-Para desencadenar reflexiones, provocar la distorsión, la sorpresa y el desfase. Creo que de esa forma se incita también a la reflexión, que no tiene que ser patrimonio de los filósofos.

-¿Por qué cuesta tanto entender a los filósofos si según usted practicar la filosofía está al alcance de todos?

-Por culpa de los filósofos que han construido un sistema de conceptos difícil de entender. Los filósofos se han separado de las realidades que viven las personas comunes.

-¿Cómo reaccionó su hija con el libró que usted escribió para explicarle en qué consiste la filosofía?

-Creo que comprendió muchas cosas que no entendía. Le expliqué qué hacen esas personas que llamamos filósofos, de qué se ocupan y cómo.

-¿De qué se ocupan?

-De buscar la verdad.

-Un policía también, ¿qué les diferencia?

-Las verdades que busca un filósofo no son sobre un caso, un expediente o sobre la identificación de un culpable, sino que tienen que ver con valores como el de la libertad, la justicia o el poder que afectan a todo el mundo.

-¿En qué se diferencian ética y moral?

-En lo mismo en que se diferencia el griego del latín. La ética en griego eran las reglas relacionadas con el comportamiento. Posteriormente, el término moral se designó para códigos de reglas heredadas y el término ética se reservó a las reglas para situaciones nuevas. Por eso hay ética en la medicina o por ejemplo, en los negocios.

-¿Cómo es esa ética en los negocios?

-La disciplina de ética en los negocios existe pero se practica poco.

-¿Cómo soy si me preocupo por los demás?

-Mejor, ya se sabe la fórmula: ama a tu prójimo como a ti mismo. Si te preocupas por los demás también te preocupas por ti mismo.

-¿Nos dejan vivir los móviles, ordenadores y demás aparatos electrónicos que llevamos todo el día encima?

-Nadie se ha muerto por estar excesivamente conectado pero lo cierto es que cada vez tenemos la mente y los ojos más ocupados y no creo que eso sea lo mejor para fomentar el pensamiento y para disfrutar de la vida. Hay que procurarse momentos de desconexión.

-¿Queda hoy sitio para la curiosidad y el asombro?

-Lo que hay que hacer es reinventar el asombro. Tenemos que buscar fórmulas para sorprendernos porque la filosofía comienza siempre por esa sorpresa. Eso lo sabían ya Platón y Aristóteles y lo saben los contemporáneos. La filosofía parte del asombro en busca del cuestionamiento, no de las respuestas.

-¿Cómo podemos alcanzar el ideal de la sabiduría en un mundo insoportablemente ruidoso?

-No se puede, pero tampoco en un mundo silencioso. El ideal de sabiduría sigue siendo un ideal que ya revelaron los estoicos: no hay un ser humano en el mundo que alcance la sabiduría plena.

-¿Qué puede aportarnos hoy tratar de comprender el modo de vida y el pensamiento de los griegos y romanos de la antigüedad?

-Muchísimo porque aunque el mundo ha cambiado, la esencia del pensamiento y de nuestro modo de vida es muy similar. Todo lo que tenemos hoy en día fue diseñado ya en la antigüedad.

-¿Debo preguntarle a Epicuro qué me conviene comer mañana?

-Y le responderá que siempre lo mismo: pan de centeno y agua. Epicuro era muy austero aunque se le relacione con el buen vivir. Lo importante para Epicuro es comer cuando el cuerpo lo pide no por puro placer.

-¿Qué me recomienda para embarcarme en la aventura de descubrir la verdad?

-Que tenga mucho tiempo libre y tener en cuenta que ese reto será siempre una ilusión. Podemos alcanzar la verdad en física, matemáticas o químicas pero nunca en metafísica o en temas morales. Esa búsqueda nunca tiene final.

-¿Qué muros quería derribar Foucault cuando decía que era un artificiero que fabricaba una destrucción?

-Foucault estudia la genealogía del saber para cuestionar a los propios saberes. No todos los saberes son desinteresados ni objetivos y él era muy consciente de que los saberes son poderes y la mayor parte de los saberes organizan formas de control social. El álgebra a lo mejor no tanto, pero la psiquiatría o la criminología, por ejemplo, sí. Esos so n los muros, las técnicas de poder para mantener el orden que se presentan como saberes.

-¿Qué es lo que más le llamó la atención del personaje en sus entrevistas a Foucault?

-La fragilidad de Foucault. Era un intelectual extraordinario y valeroso pero en algunos momentos pude sentir sus miedos.

-¿Qué miedos?

-El de la locura por su propia historial personal.

-¿Cuál es la dirección del espíritu que representa Occidente?

-A Occidente se le dan varios sentidos: el geográfico, el de Europa o el de los países capitalistas e incluso se vinculó con la extrema derecha. Hay otro sentido, que es el que yo propongo, que tiene que ver con la vinculación de algunos países son los derechos humanos, la democracia, la igualdad y la libertad de expresión y de religión. Ese es el Occidente que hay que defender frente a los fanatismos.

-¿Cómo debe reaccionar Occidente ante los que queman a sus rehenes y hacen vídeos con tal salvajada para difundirla por internet?

-No podemos tolerar la yihad, el islamismo radical que siembra el terror y destruye esos valores de los que se nutre occidente.

-¿Pero cómo se puede combatir el fanatismo islamista?

-No veo otra solución que la guerra. Lo más peligroso que podemos hacer ante esa amenaza es quedarnos de brazos cruzados.

-¿Cómo están digiriendo los franceses el atentado contra la revista Charlie Hebdo

-Por una parte, hemos reaccionado y tomado conciencia del peligro. El discurso del primer ministro Valls ha sido contundente y ha revelado la urgencia de tomar medidas contra este terrorismo. Por otra parte, temo que la emoción tan intensa que provocaron esos asesinatos den lugar a la islamofobia o la oportunidad de asentarse formas de política muy autoritarias. Habrá que ver qué pasa.

-¿Necesita hoy el hombre a Dios para dar respuestas a sus dudas?

-Todos tenemos que lidiar con nuestras dudas y dudo de que Dios nos las pueda disipar. No creo que Dios tenga ese poder, pero veo con inquietud que la religión tenga cada vez más peso e influencia, sobre todo, entre los jóvenes.

-¿Por qué?

-No lo sé, quizás sea una forma fácil de buscar respuestas en credos que se quieren imponer unos a otros y que dan formas de religión fanáticas que yo creía ya desterradas.

-¿Dónde está la raíz del choque entre el judaísmo, el cristianismo, el islam, el hinduismo y el budismo?

-No veo choque con el hinduismo o el budismo. El problema lo tienen las religiones monoteístas que han querido competir entre ellas para poner por delante sus creencias antes que los puntos que las unen. En el islam se ve claramente que rivaliza por la hegemonía de su profeta o por el hecho de creerse poseedor de la verdad última y lo hace desde una competencia dura y sangrienta.