Evitar las quemaduras solares y broncearse sin riesgos son las claves para prevenir el cáncer de piel o melanoma. Para ello, los expertos aconsejan tomar una serie de precauciones antes de exponerse al sol y romper con falsos mitos sobre la protección que hay que seguir.

Uno de los errores más comunes es vincular la protección solar únicamente al hábito de ir a la playa o a que sea un día soleado. Los dermatólogos aconsejan utilizar protección solar aunque el día esté nublado ya que las nubes no filtran los rayos ultravioleta y recuerdan que debe aplicarse crema cuando se va a realizar cualquier actividad al aire libre como pasear o deporte, no sólo al ir a la playa o la piscina. Lo mismo ocurre con quienes no se aplican protección porque están debajo de la sombrilla. Los expertos recuerdan que pese a que bajo la sombrilla la radiación no es igual a la luz solar directa, la arena refleja hasta un 35% de los rayos que recibe.

Otro falso mito es creer que en el agua, el sol no coge -ocurre al contrario ya que el agua hace efecto lupa y aumenta la radiación- o que las personas morenas o muy bronceadas no precisan protección. Los expertos recuerdan que todos los que vayan a exponerse al sol deben aplicarse la crema media hora antes de recibir los rayos solares y renovarla cada dos horas o después del baño. Además, se aconseja no tomar el sol entre las 12.00 y las 16.00 horas, evitar exponerse a los rayos solares con maquillaje o colonia ya que contienen sustancias fotosensibilizantes, proteger la cabeza con un sombrero y beber líquido para evitar deshidratarse. La clave, según los expertos, está en no quemarse ya que el organismo tiene memoria y una quemadura en la infancia puede tener consecuencias de adulto.