Jane Fonda jamás imaginó la revolución que internet supondría para la industria de Hollywood, según afirmó en una entrevista a Efe, y mucho menos que a los 77 años formaría parte de ese cambio de paradigma con un serie que, en sí misma, desafía las convenciones de los contenidos que triunfan en streaming.

La veterana actriz ganadora de dos Óscar (Klute, 1971, y El regreso, 1978) estrena en Netflix la comedia Grace and Frankie, 13 capítulos de media hora sobre dos mujeres de la tercera edad que de la noche a la mañana tienen que replantearse su vida cuando sus respectivos maridos salen del armario.

"Si alguien me lo llega a decir cuando empecé, habría dicho que estaba loco", aseguró la hija del legendario Henry Fonda, cuyos comienzos en la meca del cine coincidieron con el boom de la pequeña pantalla en EEUU, en plena década de 1960. "Los estudios estaban aterrorizados porque la televisión iba a terminar con las películas", recordó con ironía Fonda, recostada en un sofá con los pies sobre una mesa, mientras acaricia el lomo de su perra Tulea, un cotón de tuléar que soportó la jornada de entrevistas de su dueña con admirable parsimonia.

Medio siglo después es la distribución por la red la que pone en jaque el statu quo del sector, el mismo en el que Fonda había tratado de poner en marcha durante años una serie sobre "la realidad de hacerse mayor" contado desde el punto de vista femenino, proyecto que no terminó de fructificar.