En el preciso momento en el que Samuel y Emma se ven rodeados por los visitantes venidos desde el futuro en el extraño ambiente en donde transcurre Refugiados, comenzó en España la campaña electoral. Eran las doce de la noche del jueves 7 de mayo. Y es curioso que ambos productos audiovisuales -venga, concédanme que la campaña de las elecciones autonómicas y municipales es ante todo un gran videoclip- traten en el fondo sobre lo mismo. Nosotros y ellos. Quiénes somos nosotros y quiénes son ellos. Cómo algunos de nosotros podemos terminar convertidos en ellos. ¿Cabe alguna posibilidad de que alguno de ellos llegue a ser uno de nosotros? ¿Tú eres de ellos o eres de nosotros? ¿Cómo distinguirlo? ¿Y qué hacemos con ellos? ¿Exterminio o convivencia? Y, sobre todo, la pregunta más difícil: ¿qué hacemos con nosotros?

Es uno de los grandes temas de nuestros días. Y sólo por eso Refugiados, la nueva serie de Atresmedia que viene a convertirse en el gran referente de la ficción nacional, ya merece ser revisada con atención. The walking dead trata sobre nosotros y ellos. Homeland es ante todo una fábula sobre quiénes somos nosotros y quiénes son ellos. Hasta Juego de Tronos trata sobre nosotros, ellos, los del fondo y los de más allá. El énfasis que laSexta ha puesto durante toda la promoción de Refugiados en la coproducción de la BBC es también un intento de potenciarnos a nosotros igualándonos a ellos. Y usted, amable espectador, seguro que es consciente de que su elección entre Supervivientes o Refugiados en la noche del jueves le define como uno de ellos o como uno de nosotros.

Nos esperan quince días en donde todos los spots electorales van a intentar convencernos de que nosotros en realidad somos ellos y ellos en realidad son nosotros. Tengamos cuidado. Es muy posible que algunos de ellos sean muertos vivientes, terroristas yihadistas, Lannisters, Starks, o nuestros hijos venidos desde el futuro. O es posible que lo seamos alguno de nosotros.