La ley de dependencia supuso que quienes cuidaban de forma habitual a un dependiente pese a no ser profesionales podían darse de alta en la Seguridad Social para cotizar por esta labor. Pese a que en los inicios fueron muchos lo que se sumaron a esta iniciativa, en los últimos años la cifra no ha dejado de caer ya que desde el Gobierno, a la hora de conceder ayudas, se prioriza el acceso a servicios como los centros de día o la teleasistencia antes que las ayudas a cuidadores familiares o no profesionales.

En el caso de Galicia, por ejemplo, la caída ha sido drástica: si en septiembre de 2010 había 9.097 cuidadores dados de alta, ahora la cifra ha bajado a 1.289 (cayó un 85%). Pese a ello, en números absolutos es la tercera autonomía con más cuidadores y A Coruña, con 436 personas que cotizan por esta labor, es la séptima provincia con más casos.