¿Transmisión persona a persona de la enfermedad de alzhéimer? Esto es lo que sugería un nuevo estudio de un equipo internacional de investigadores que halló ciertas evidencias de esta "potencial" transferencia. La investigación, publicada en la prestigiosa revista Nature, establecía la posibilidad de transmisión de casos de alzhéimer en el Reino Unido por tratamientos con la hormona de crecimiento en la infancia. La noticia ha sorprendido a las autoridades científicas y sanitarias. Al día siguiente, expertos gallegos matizan aspectos de la investigación y resaltan que el estudio no indica que esta enfermedad sea contagiosa.

Los expertos insisten en que no se sugiere de ningún modo que exista riesgo para familiares o cuidadores de los pacientes. "El estudio analizó ocho cerebros de unos pacientes que de niños fueron tratados con hormona de crecimiento humana obtenida de cadáver. Esa práctica se realizaba mucho antes de poderse obtener de forma artificial, como se hace hoy en día", aclara la neuróloga Sagrario Manzano, de la Sociedad Española de Neurología.

Según detalla el estudio, un grupo reducido de estos niños obtuvo dicha hormona de cadáveres que tenían una enfermedad priónica, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, una dolencia tremendamente rara. Los casos analizados en el artículo desarrollaron la enfermedad décadas después. Por tanto, el origen del estudio está en las autopsias de ocho personas que contrajeron la mortal patología de Creutzfeldt-Jakob tras años de someterse a tratamientos de la hormona del crecimiento contaminados y que habían sido extraídos de las glándulas pituitarias de cadáveres. Los investigadores comprobaron que en seis de los ocho casos, los cerebros no sólo presentaban el daño debido a la enfermedad de Creutzfeldt-Jacob, sino que además habían desarrollado depósitos del péptido beta-amiloide, una proteína asociados con el alzhéimer. Los cadáveres analizados tenían edades entre los 36 y los 51 años.

Según los autores, "dicha patología es rara en este rango de edad y en ninguno de los pacientes se encontraron mutaciones asociadas a la aparición temprana de alzhéimer". Tampoco había signos de la proteína tan característica de la enfermedad de alzhéimer. Además, examinaron a 116 pacientes con otras enfermedades priónicas y no encontraron pruebas de placas beta-amiloide en el cerebro de pacientes de edades similares o diez años mayor que no recibieron la hormona.

Eso sí, nada indica que la enfermedad pueda transmitirse por las vías de contacto habituales entre personas. Pero el estudio no deja de ser un hallazgo relevante.

La enfermedad de Creutzfeldt-Jakob ocasiona un proceso cerebral degenerativo y es la variante en humanos de la denominada enfermedad de las vacas locas. Está causada por una proteína infecciosa que se denomina prión. Los científicos creen también que el alzhéimer puede tener una causa similar, pero ligada al beta-amiloide. El Biobanco de tejidos Neurológicos de Vigo, que coordina Susana Teijeira, almacena muestras de cerebros con esta enfermedad de Creutzfeldt-Jakob pero no han enviado muestras a Reino Unido para participar en esta investigación, aunque sí a otras instituciones internacionales. "Las muestras se utilizan solo para investigación", indica esta especialista.