Pese a que la tradicional estampa de la familia se dibuja con dos progenitores, cada vez son más los hogares gallegos monoparentales, donde solo uno de los dos (padre o madre) vive con uno o varios hijos. El INE señala que la cifra de estos hogares creció un 2,3% en el último año en Galicia, hasta situarse en los 112.000, en los que habitarían un total de 257.600 personas.

No obstante, Galicia no es la comunidad que registra un mayor incremento en esta modalidad de familia. Castilla-La Mancha, Cataluña y La Rioja registran subidas superiores al 18%. El grueso de estos hogares en Galicia, un total de 56.000, está conformado por un progenitor viudo, mientras en 31.700 el tutor está divorciado.

Aunque lo normal es vivir con la familia, en Galicia un 13% de la población comparte casa con personas a las que no están unidas por lazos de parentesco. Entre ellos, individuos particulares pero también familias que buscan ahorrar gastos con el alquiler de una habitación y comparten casa con personas a las que no son sus familiares. En números absolutos, son casi 363.000 los ciudadanos de distinta procedencia familiar los que conviven bajo el mismo techo repartidos en casi cien mil hogares. Lo más usual, en el 60% de los casos, es que tres o cuatro personas compartan domicilio, aunque en más de seis mil de esos 99.400 hogares gallegos deban hacer sitio para más de seis integrantes.

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Aunque lo de compartir piso suele asociarse a la etapa de formación universitaria, cuando muchos jóvenes salen de casa de sus padres para estudiar la carrera de sus sueños en otra ciudad, las cifras de hogares publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) desmontan el mito de que este colectivo sea el principal usuario de viviendas, al menos en Galicia. De hecho, solo una de cada cinco personas que residen en una vivienda compartida tiene menos de 25 años.

Una cuarta parte de quienes optan por convivir con extraños se mueve en la franja de los 25 a los 44, mientras la mayoría (el 55%) supera esa edad. Porque son variadas las circunstancias que pueden explicar este fenómeno: personas a las que el sueldo no les alcanza para establecerse por su cuenta (178.000 gallegos no perciben ni 2.000 euros al año) y tienen que conformarse con alquilar una habitación, quienes perdieron el trabajo o sufrieron un desahucio y no tienen familia a la que recurrir o quienes lo hacen porque desean vivir la experiencia o destinar su sueldo a otros menesteres.

También es una solución para los foráneos que acuden a buscar una oportunidad laboral a Galicia. Así, en 9.900 hogares de estas características vive algún extranjero y en la tercera parte de ellos, lo hacen sin convivir con ningún gallego.

Aunque el 13% de los ciudadanos viva en piso compartido solo conforman un 9% de los hogares contabilizados en la comunidad según los datos divulgados ayer por el INE, que cifra en 1.080.000 el total de hogares de Galicia, un 0,4% más que el año anterior. Además, el colectivo de quienes comparten piso ha perdido peso (un 6,5% menos de personas y un 12% menos de hogares) con respecto a las cifras de dos años atrás, en 2013, cuando 388.300 personas residían en 113.400 direcciones postales.

El compartir vivienda es asimismo una opción para pensionistas, que representan un 28% del colectivo que habita en pisos con personas ajenas a la familia. En muchos casos puede ser una receta para evitar la soledad. Precisamente las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) desvelan que el número de gallegos que vive sin compañía se ha incrementado un 2,7% con respecto al último año, hasta alcanzar los 266.100, y de ellos, en 121.600 casos ese único habitante supera los 65 años. Estos hogares unipersonales tienen un importante peso en el total: son uno de cada cuatro. Con todo, el porcentaje, del 24,6% en Galicia, está ligeramente por debajo del estatal, que se sitúa en el 25%, con 4,5 millones de personas viviendo sin nadie a su lado.

Con todo, los hogares que llevan la batuta en términos numéricos en la comunidad gallega son los conformados por parejas con hijos que conviven con ellos en el mismo domicilio: 330.900 (un 2,3% más que en 2014), que conforman el 30% del total y se reparten a 1.157.000 habitantes.

Entre ellos, sobresalen los integrados por una pareja con un hijo, un total de 189.000, mientras que los que tienen dos vástagos bajan hasta 121.500 y los que tienen tres o más caen hasta los 19.900.

El otro colectivo importante está formado por las parejas sin hijos que convivan con ellos en el hogar: son un total de 234.000, uno de cada cinco hogares en la comunidad gallega. De todos los grupos, excluidos los que viven solos, estos serían los que viven más cómodos en un mayor porcentaje, si se entiende por comodidad el espacio del que disfrutan: en 155.800 casos disponen de entre 30 y 59 metros cuadrados por ocupante. En Galicia el número de personas por vivienda es de 2,51, similar al de España (2,50).