"Tiene su complicación. Sería más barato en otros sitios donde está focalizado este tema, otros precios... pero aquí hay industria lo que pasa es que es muy inestable". Así define el sonidista David Machado el panorama audiovisual en Galicia, aunque él decidió quedarse y montarse su propio estudio en Santiago. "Ahora mismo tengo un montón de trabajos y están saliendo todos juntos, es una locura porque tienes que andar eligiendo y luego el resto del año igual nada", confiesa Machado, que, por otra parte, asegura sentirse muy arropado por sus compañeros.

Su nombre saltó a la palestra en febrero, cuando se hizo con el Goya a Mejor Sonido por El Desconocido, algo que asegura "ha sido un empujón" ya que se encontraba en un momento de su vida frustrante en el que estaba a punto de dejarlo todo. "Que te nominen para mí ya era un premio al estar en Galicia, y no en Madrid o Barcelona. En la cena de nominados veías que estaba todo el pescao vendido pero dijimos ´vamos a disfrutar el día´. Y cuando nos lo dieron fue un poco locura porque ya teníamos ensayada la cara de perdedores (risas)", cuenta Machado.

La tierra tira mucho. Y eso es algo que Machado tuvo muy claro a la hora de decidir su futuro laboral. "En su día tuve la posibilidad de irme a Madrid y seguramente me hubiera ido diferente pero tomé la decisión de quedarme aquí porque me gusta mi tierra, me gusta lo que se está creando aquí, creo que está creciendo y que puede ser un buen sitio para crecer en esto. También es que estoy cerca de mi familia, de mis amigos... y al final también hay que priorizar la vida para poder conciliarla", explica el sonidista.

Desde la Administración, Machado denuncia que no son muchas las facilidades que se les dan a los profesionales de su sector, algo por lo que abrir su estudio, La Panificadora, se está demorando más de tres años. "Hay muy buenos profesionales que tienen que estar escapando porque no hay suficientes apoyos o no está funcionando como una industria. Cuando hay recortes, el ámbito cultural es lo primero que se toca y es lo último en volver a levantarse", se queja, aunque asegura sentirse afortunado por trabajar en lo suyo y que se lo reconozcan.