-¿Hay perfiles en el acoso?

-Sí. Un estudiante introvertido, tímido, pequeñito o gordito, que no se defiende, y con esto me refiero a que no se defienda con una reacción violenta, sino a que no responda sobre algo que le está molestando... es más fácil que se metan con él. En cuanto al acosador, muchas veces su actitud viene de fuera. Un agresor puede ser alguien que proceda de una familia donde también hay violencia, donde hay agresividad por parte de alguno de los padres y el chico repite un poco todo eso. Luego quiere hacerse reconocer e imponerse como líder, manejando la situación.

-Dice usted que el acosador debe ser consciente de lo que ha hecho. ¿Acaso no lo es?

-A veces sabe que está molestando, pero no es consciente de hasta dónde está haciendo daño a una persona y a su círculo, porque no solo el acosado es víctima del acoso. Esto lo vemos en las reuniones restaurativas con los padres. Te cuentan que veían que el niño no hacía los deberes, que se encerraba en la habitación y que incluso se enfadan con él por ello, y que se sienten fatal por no haberse dado cuenta.

-¿Y si una de las dos partes no quiere reunirse?

-En este caso, lo importante será que la víctima sienta que alguien se ocupa de ella, y hacer que se sienta seguro. También es importante trabajar con el acosador para identificar por qué actúa así. Pero esto no dará el mismo resultado de toma de conciencia que la reunión.

-¿El acoso es un problema preocupante?

-Sin duda. Todo el mundo conoce un caso de acoso. Además, temas como la moda, querer ser mejor que el otro... hacen que haya una gran competencia. Solo tener un móvil diferente ya crea muchas veces conflictos.

-Hay casos, además, dramáticos, que acaban con el suicidio del acosado.

-Exactamente. O al contrario: el acosado no aguanta más y agrede o mata al acosador. Yo trabajo siempre con un caso real que me parece muy interesante como ejemplo de lo que queremos que no suceda. Un chico australiano, gordo y grandote, es acosado desde pequeño en todos los colegios donde ha estado y su padre no sabe nada. Un día, un niño pequeñito le golpea y golpea mientras otro le anima a que siga pegándole. Entonces, el acosado no aguanta más, levanta al agresor y lo tira contra el suelo. Es muy conocido porque la agresión se cuelga en una cuenta de Facebook y recibe más de 200.000 likes y los medios se hicieron eco, aplaudiendo la reacción de la víctima, pero esto tampoco es así. La violencia no es una solución a la violencia.