"Quiero un parto respetado y rodeada de mis cosas", "busco una atención personalizada", "deseo ser activa en el nacimiento de mi bebé"... Estos son algunos de los argumentos que esgrimen quienes optan por dar a luz en casa, una tendencia que gana cada vez más adeptos en A Coruña. Pese a tratarse todavía de una opción minoritaria, el número de mujeres que tuvieron a sus niños en el domicilio aumentaron un 40% en la provincia coruñesa en la última década al pasar de los 23 partos en casa de 2005 a los 32 de 2014, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). A Coruña es la provincia gallega con mayor repunte, seguida de Pontevedra (aumentaron un 31%) -y muy por encima de la media gallega (+14% en diez años)- debido a que en Lugo y Ourense esta práctica bajó en la última década y es prácticamente anecdótica: tres partos domésticos en hogares lucenses y siete en los ourensanos.

Quienes retornan al parto en casa huyen de la "deshumanización" y la excesiva "medicalización" que muchas veces protagoniza el alumbramiento en el hospital. "Lo que buscan estas mujeres es tranquilidad, intimidad, tener una mayor seguridad, que el proceso sea más personal y sobre todo tener libertad para tomar decisiones y que sea un parto respetado", señala la matrona gallega Marta Bernárdez, que atiende a mujeres que deciden dar a luz en sus domicilios a través de la empresa Luna de Brigantia.

Para esta experta, la principal ventaja del parto doméstico es que es la mujer quien lleva la batuta en todo momento y es la que determina cómo quiere que sea todo el proceso. "Ellas deciden todo: desde la postura hasta quienes quieren que estén presentes, si quieren beber, etc. En casa la invitada es la matrona", señala Bernárdez.

El parto en casa, además, garantiza que la intervención médica solo se realizará en casos de emergencia. La idea es que el niño nazca de forma totalmente natural -sin recurrir a episiotomías (corte que se realiza en el periné) o cesárea- y sin forzar los tiempos, es decir, sin recurrir a la oxitocina para acelerar el parto. Un objetivo que no siempre es posible. "En principio, si el parto evoluciona bien no se precisan intervenciones, pero si por una cuestión de urgencia son necesarias, la mujer se traslada inmediatamente al hospital", señala Bernárdez, quien indica que aproximadamente "solo el 10% de los partos precisa de traslado".

Eso sí, para garantizar la seguridad tanto de la madre como del niño, el parto en casa sólo puede ser una opción cuando se cumplen una serie de requisitos. "Si se trata de un embarazo de bajo riesgo, el domicilio está a 30 minutos del hospital y es atendido por personal sanitario el riesgo es igual a un parto hospitalario", señala Bernárdez, quien trabaja en una de las empresas que ofrece estos servicios a las embarazadas ya que el Sergas no cubre el parto doméstico ni tampoco la mayoría de seguros privados. Las mujeres que quieren dar a luz en sus domicilios deben costearse la asistencia de una matrona. En general, quienes ofrecen estos servicios realizan un seguimiento y asesoramiento a lo largo del embarazo. El coste supera los mil euros. Todavía son minoría, pero cada vez hay más mujeres que se animan a imitar a sus abuelas y retornar a la tranquilidad de parir en casa, pero con garantías sanitarias del siglo XXI.