Intentar dejar el hábito de forma progresiva, no cambiar las rutinas diarias o hacerlo cuando se vive una situación de estrés son, según los médicos, los principales errores a la hora de dejar de fumar y los que reducen las probabilidades de éxito. "Si realmente se quiere, es posible dejar los cigarrillos, pero son muy pocos los que lo consiguen solos", señala la jefa del Servicio de Neumología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Carmen Montero, quien anima a los fumadores que quieran dejar el hábito a visitar su ambulatorio más cercano y solicitar ayuda de profesionales sanitarios. "Allí se analiza su caso y se inicia un tratamiento de deshabituación. Entre un 20 y un 30% de los que acuden a Atención Primaria logra dejar el tabaco", explica esta experta.

Uno de los grandes errores a la hora de plantearse dejar de fumar es no hacerlo de golpe. "El reducir el número de cigarrillos de forma progresiva es un error. Lo ideal es plantearse un día para dejar el tabaco y desde entonces no tenerlo en casa. Así se evitan recaídas", indica la neumóloga Carmen Montero, quien tiene claro que otra de las claves para dejar la adicción con éxito está, "al menos en principio", en evitar las rutinas que conllevaban el consumo de cigarrillos. "Muchas veces la gente recae porque sigue haciendo su vida normal y dejar de fumar obliga a un cambio de hábitos. Si normalmente fumábamos un cigarrillo con el café, durante un periodo de tiempo, cuanto más mejor, es mejor evitar estas situaciones", sostiene esta especialista del Chuac, quien resalta que también es muy importante elegir en qué momento se comienza a dejar de fumar. "No debe ser un momento de estrés o en el que exista un problema familiar", resalta.

El éxito dependerá también en gran medida del nivel de dependencia del paciente al tabaco, algo en lo que no influye tanto el número de cigarrillos como cuando se toman. "En la Unidad de Tabaquismo del Chuac realizamos un test para ver la dependencia y hay cuestiones como si fuman antes de desayunar o si se levantan de noche con ganas de un cigarrillo que puntúan muy alto", señala. Es precisamente esa dependencia la que determina el tiempo necesario para la deshabituación. "Cada paciente es diferentes en la Unidad somos muy flexibles. Hay gente que necesita estar con nosotros seis meses, otros más tiempo y desde luego la Unidad siempre está abierta por si necesitan volver", explica Carmen Montero, quien deja claro que las recaídas "son algo normal". "Que nadie se desanime por una recaída porque es posible volver a la situación inicial", indica.

La Unidad de Tabaquismo del Chuac atiende a aquellos fumadores que han fracasado su intento de dejar los pitillos con ayuda del personal de Atención Primaria o que bien por su situación de salud precisan acabar con el hábito de manera rápida y definitiva. "Tenemos gente que precisa un trasplante de pulmón y que si no deja de fumar no puede hacérselo o gente con otras enfermedades como EPOC", indica esta neumóloga, quien explica que la Unidad atiende a una veintena de pacientes cada semana. Los fumadores acuden a consulta cada miércoles -donde son atendidos por el médico o la enfermera (en función de la fase del tratamiento)- y se les realiza un seguimiento de su caso.

"Lo primero al llegar es ver la motivación, si el paciente no quiere, no inicia el tratamiento en la Unidad de Tabaquismo", explica Montero, quien indica que la mayoría de sus pacientes "están muy motivados" debido a las complicaciones de salud y "la tasa de éxito ronda el 80%". Una vez en consulta y tras al test de dependencia se establece el tratamiento más eficaz en función de las características del paciente: productos sustitutivos de la nicotina (parches o chicles, por ejemplo), medicamentos. El tiempo que un fumador precisa para dejar el hábito varía en función de cada persona. Se tarde más o menos, los expertos aseguran que es posible lograrlo. Eso sí, siempre que exista motivación.