Al renovado ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, le aguardan varias tareas, desde el pacto educativo, en la agenda de Mariano Rajoy en la sesión de investidura, hasta avanzar en la mejora del abandono escolar: el Ministerio debe avanzar hacia el 15% que propone para 2020 la Unión Europea y en estos momentos se sitúa en el 19,4% en España (Galicia está mucho más cerca del reto europeo, con mejores datos que la media española al apenas rebasar el 15%).

Otro asunto enquistado desde hace años es la regulación de los derechos, las obligaciones y la carrera profesional del profesorado no universitario. Los docentes también reclaman insistentemente la reversión de las medidas sobre horarios lectivos, ratios de alumnado y cobertura de bajas por enfermedad del decreto ley de 2012 para la racionalización del gasto público en Educación.

Desarrollar el Plan Estratégico de Convivencia Escolar, anunciado en enero pasado, o aumentar la dotación de becas y ayudas generales y recuperar otros programas suprimidos durante los años de la crisis, así como reforzar el plan de lenguas extranjeras, son otros de los "deberes" de quien acaba de ser reelegido por el presidente del Gobierno para situarse al frente del departamento de Educación.