El dramaturgo Guillermo Heras recordó ayer a Francisco Nieva como una "rara avis" entre los "artistas románticos" y lo situó entre los grandes del teatro europeo, pese a que a su juicio, no ha sido reconocido en España más que "de forma puntual" -recibió dos veces el Premio Nacional de Teatro, entre otros galardones-, y muchas de sus obras siguen sin haber llegado a los escenarios. "En otro país que no fuera el nuestro, que no es generoso con sus artistas, tendría una compañía propia y sus textos se representarían cada año, no solo los recientes sino todo su amplio repertorio", aseguró el director teatral.

Heras fue discípulo de Nieva en la Escuela de Arte Dramático y fue el responsable de dirigir el estreno de dos de sus obras, Nosferatu y Salvator Rosa o El artista -último estreno de Nieva, en el Teatro María Guerrero-, en colaboración con el dramaturgo. "Fue el único referente al que le tuve respeto y admiración por su sabiduría del conocimiento escénico y la humanidad que impartía en sus clases", recordó el director de teatro, rememorando sus tiempos en la escuela. "Con el tiempo fuimos compañeros de redacción y seguí aprendiendo de él. Cuando dirigí el Centro de Nuevas Tendencias escénicas tuvo la generosidad de cederme ese inmenso texto que es Nosferatu, que es de los que más contento estoy como director", apuntó, y explicó que, además de su "amplia producción" de textos, para su legado queda también el haber "cambiado la escenografía española" a la vuelta de sus viajes europeos.