¿Qué significa para un restaurante o un cocinero tener una estrella Michelin?

"Te reafirma año tras año el buen hacer del equipo y que no has bajado de nivel. Parece que siempre estará ahí, que es como una mochila cargada, pero se puede perder"

¿Qué supondría que su local perdiera un año esta distinción gastronómica?

"Lo viví en Casa Marcelo. Ni nosotros mismos sabíamos que había pasado y aunque es duro, un shock, hace que te vuelques y saques todo lo que tienes"

¿Cómo vive la noche en la que la ´Guía Michelin´ anuncia las nuevas estrellas?

"Estuve en Girona y se vive con nervios tanto por ti como por tus colegas, hay rumores, quinielas sobre quien se la va a llevar. Es una noche maravillosa"

¿Cree que hay otros restaurantes gallegos que merecen estrella o ganar alguna más?

"Cuantos más haya en Galicia, mejor. No es mi trabajo, los inspectores son muy sabios, pero creo merecen más Javier Olleros, Pepe Solla o Alberto Peiteado"

¿Realmente nunca saben cuando uno de los clientes es un crítico de la ´Guía´?

"Hay veces que sí y otras que no lo sabes. Cuando lo se, ahora lo vivo más tranquilo, procuro no avisar al equipo para que no haya nervios. Se trata como a otro cliente"

¿La cocina española ha tocado techo o su nivel todavía puede aumentar?

"Al cerrar El Bulli se decía que iba a ser el declive de la gastronomía, pero no. La cocina española es envidiable, vive un buen momento, hay jóvenes muy buenos"

¿Cuál es su plato favorito? ¿Alguna receta o alimento que no le guste?

"Mi plato favorito son los huevos, con patatas, chorizo y pimientos de padrón. No tengo nada que no me guste, pero soy alérgico y no como ni marisco, ni kiwi, ni piñones"

¿Qué sueño le queda por cumplir a nivel profesional o qué metas tiene para el futuro?

"Mi sueño sería poder disfrutar más de mi profesión porque es cierto que vivimos cierta vorágine, con cierta presión, que hace que no puedas disfrutar al 100%, que solo lo hagas al 50%"