Aragón, Valencia, Madrid y País Vasco, al menos, ya destruyeron cualquier limitación sobre los eventos susceptibles de situarse como materia de apuestas en su territorio, restricción que chocaría con la ausencia de barreras si se apuesta a través de operadores exclusivos de internet.

Esa decisión "les permite hacer una valoración sobre los ingresos que produciría para su actividad y, por ende, para la Xunta en virtud de las correspondientes tasas fiscales", establece el Ejecutivo en la documentación que justifica el cambio normativo.

Las cuentas autonómicas para el año próximo incluyen una previsión de ingresos de 58,5 millones de euros, distribuidos entre los 53,7 de tasas fiscales y los 4,8 del impuesto sobre actividades, incluyendo apuestas deportivas y la actividad tradicional como tragaperras, bingos o casinos, según consta en el proyecto presupuestario.

El estreno en la comunidad gallega de la modalidad de apuestas deportivas generó problemas a la hora de elaborar los reglamentos para el cobro de impuestos, lo que provocó que las seis empresas con permiso para explotar el negocio no abonasen esas obligaciones durante sus tres primeros años de actividad.

Aun así, la Xunta estableció un calendario para que pagasen de forma fraccionada esas deudas una vez concretó la normativa para calcular la cantidad a abonar.