Unas 842.000 personas de todo el mundo mueren cada año de diarrea por la insalubridad del agua y la mala higiene de las manos, según informó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS), que resalta que en 2025 la mitad de la población vivirá en zonas con escasez de agua. Además, las aguas contaminadas están relacionadas con la transmisión de enfermedades como, por ejemplo, la cólera, disentería, hepatitis A y poliomelitis. De hecho, casi 240 millones de personas padecen esquistosomiasis, una enfermedad grave y crónica provocada por lombrices parasitarias contraídas por la exposición a agua infestada.