Pegar a un hijo, a la esposa o al abuelo una vez al año hasta causarles moratones y arañazos ya no será delito en Rusia si prospera el proyecto de ley que despenaliza la violencia doméstica, aprobado en primera lectura esta semana en el Parlamento. Sólo cuando el agresor vuelva a golpear al mismo familiar en el plazo de un año podrá ser procesado por la vía penal y castigado con la cárcel, y eso si el agredido logra demostrar los hechos, porque la justicia no actuará de oficio en estos casos.

"Las víctimas deberán reunir ellas mismas todas las pruebas de la paliza y acudir a todas las vistas en los tribunales para probarlo. Es absurdo que no se actúe de oficio. El agredido debe investigar su propio caso", explicó la abogada especializada en violencia de género Marí Davtián. En la práctica, añade Davtián, el 90 % de los denunciantes, que ya de por sí son muy pocos, "finalmente no acuden a los juzgados, porque el procedimiento es engorroso".