Las recientes noticias en diversos medios de una práctica sexual llamada juego del muelle o ruleta sexual en la que grupos de adolescentes practican sexo sin protección y pierde el chico que primero eyacule dejaron horrorizado a más de uno. Sin embargo, los expertos gallegos aseguran que la alarma es infundada y que solo hay verdadera constancia de tres o cuatro casos en Madrid, por lo que no se puede ni se debe hablar de una "nueva moda". "Un 95% de los jóvenes que atendemos no saben que esas prácticas existen y a raíz de que está saliendo en los medios desde hace unos días, algún usuario pregunta", advierte Marisol Insua, pedagoga y directora del Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de A Coruña, al tiempo que asegura que los adolescentes actuales son, en general, "más responsables y maduros de como salen reflejados en noticias de ese tipo".

Del mismo modo Martina González, psicóloga, sexóloga y fundadora del Centro de Sexología Con mucho gusto!, en Santiago, admite que "sí se ha notado una disminución del uso del preservativo" pero que "lo realmente peligroso es que a día de hoy los niños y adolescentes sigan sin acceso a una educación sexual de calidad y que la sexualidad solo se aborde desde el miedo y el peligro cuando saltan este tipo de noticias".

Ambas sexólogas coinciden en que el principal problema que tienen los jóvenes actuales es la falta de una educación sexual normalizada, tanto en la escuela como en los hogares, tal y como recomiendan todos los organismos internacionales de salud y relacionados con niños y jóvenes, uno de los últimos en decirlo ha sido el Comité de los Derechos del Niño", recuerda Insua. "La comunidad educativa al igual que las familias son responsables de una educación integral y transversal que conlleva una educación sexual de calidad desde que los niños nacen y no esperar a la adolescencia para darles tres pautas de comportamiento y advertirles de los peligros de la sexualidad: la sexualidad no es peligro, es sensatez, como todo en la vida", afirma esta sexóloga.

González, por su parte, añade que los principales peligros que conlleva vivir en una sociedad en la que cuesta hablar de sexualidad de manera positiva y con naturalidad "es que los jóvenes crecen aprendiendo que del sexo no se habla, y que si se trata es para hablar de peligros. Aprenden de lo que ven en las películas, de lo que encuentran por internet, y el mensaje que reciben sobre la sexualidad sigue siendo sexista, heteronormativo y coitocéntrico. Afrontan su sexualidad sin información, sin recursos y herramientas para vivirse de manera plena y satisfactoria". "Hablar de sexualidad desde el miedo, desde las advertencias, desde la prohibición, es un modelo caduco; está comprobado que no funciona. El único abordaje posible es el abordaje positivo y constructivo, una educación que nos ayude a conocernos, querernos y respetarnos desde el nacimiento, libre de estereotipos sexistas y discriminación", describe Martina. Esta situación, indica la sexóloga, conlleva tanto para jóvenes como para las personas adultas, "dificultades para conocer el propio cuerpo, problemas de autoestima, dificultades a hora de relacionarse de manera asertiva y positiva, y algo que me parece especialmente grave, dificultades para gestionar el consentimiento".

Por otra parte, las expertas advierten de que las infecciones de transmisión sexual/genital siguen siendo un problema para toda la población en general que practique relaciones sexuales sin protección "y no son exclusivamente propias de los jóvenes", destaca Insua.