Bandas de piel procesada, segmentos de válvula cardiaca criogenizada, huesos liofilizados... En los bancos de tejidos se pueden encontrar todo tipo de recambios para el cuerpo humano. El del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), situado en el Hospital Materno Infantil Teresa Herrera, es uno de los más antiguos de España. En la actualidad, almacena medio millar de muestras de material biológico que ayudarán a curarse a cientos de pacientes y que a algunos, incluso, les salvará la vida.

La comunidad gallega registra entre 270 y 300 trasplantes de órganos -en 2016 fueron 299- cada año. A más del triple de pacientes, en torno a un millar, se les implantan tejidos, según datos de la Oficina de Coordinación de Trasplantes de Galicia. Una cifra que podría ser incluso mayor, si aumentasen las donaciones y se dispusiese de más recursos sanitarios para su extracción y tratamiento, pues se estima que el 10% de los fallecidos en hospitales podrían ser potenciales donantes de tejidos.

Los tejidos que se almacenan en el banco del Chuac son, principalmente, huesos y tendones (tejido musculoesquelético), piel, córnea, válvulas cardiacas, segmentos de arterias, membrana amniótica (la que recubre la placenta durante el embarazo) y médula ósea. También se conservan muestras de otro material biológico, como óvulos, semen o embriones. Estos repuestos se extraen de donantes -en la mayoría de los casos, fallecidos-, se tratan y se guardan a temperaturas extremadamente bajas, que van desde los -80ºC, hasta los -196ºC si se introducen en tanques de nitrógeno líquido, donde podrán permanecer durante años, a excepción de las córneas.

Los tejidos almacenados en el banco coruñés se envían a todos los centros hospitalarios del Sergas. Y es que, el principal beneficio del trasplante de tejidos frente al de órganos, es que se puede realizar en cualquier hospital, incluso en los comarcales. Al igual que sucede con los órganos, el transporte de los tejidos se realiza en envases especiales y, siempre, con el máximo cuidado, para evitar los cambios bruscos de temperatura, ya que lo ideal es que las muestras lleguen a quirófano a -150ºC y se vayan descongelando progresivamente.