Cuatro de los testigos que declararon ayer en el conocido como caso Romanones por los abusos sexuales continuados que denunció haber sufrido un joven cuando era menor han negado ser víctimas de estas prácticas, aunque dos destacaron, durante el juicio, "excesivas" muestras de cariño, caricias, besos y cosquillas. La declaración de ayer estuvo marcada por la ausencia de un joven que se sumó al denunciante inicial y narró también ser víctima de abusos, hechos que retiró después y que ayer no se presentó en la sala. El tribunal ha intentado sin éxito contactar con el joven y ha ordenado que la Policía Judicial lo localice para que testifique sin excusa posible hoy.

Sí ha declarado otro joven amigo del denunciante, José Manuel S. que ha considerado que en el entorno del padre Román y el resto de curas y laicos inicialmente implicados vio "excesivo cariño".

Aunque ha negado haber sufrido abusos - "gracias a Dios a mí no me han tocado ni he sido abusado", manifestó-, explicó que abandonó el entorno de la parroquia tras vivir "cosas que no veía normales, situaciones que no eran cómodas" como caricias en el muslo cerca de la zona genital cuando estaban en el salón viendo la tele en grupo.