Casi 37.000 dependientes gallegos han pedido a la Xunta en los últimos tres años una revisión de su caso para mejorar las prestaciones que reciben. La cifra de solicitudes para cambiar estas ayudas se multiplicó a partir de 2014 coincidiendo con el momento en el que se empezaron a aplicar en Galicia los recortes del Gobierno central en materia de dependencia. De una media de tres mil demandas anuales que se registraban hasta 2013, el número se disparó a 19.458 al ejercicio siguiente. El volumen de peticiones de revisión se moduló en 2015 con 11.491 y en 2016 bajó a 5.954, que aún así son el doble de las registradas en los primeros años. La Consellería de Política Social niega que existan "discrepancias" entre los usuarios y la administración. Según aclara, los dependientes pueden solicitar cambios en los recursos asistenciales que les asignan si hay un empeoramiento de sus condiciones físicas. Desde la Asociación de Directores de Servicios Sociales, su presidente, José Manuel Ramírez, vincula la mayoría de estas solicitudes de revisión con el descontento de los afectados por la introducción de "baremos más restrictivos" para beneficiarse de las ayudas.

El primer paso para recibir atención a la dependencia es valorar la salud y las condiciones físicas y mentales del afectado. Los leves son grado I, los moderados grado II y los graves grado III.Tras evaluar a cada dependiente, la Xunta le propone un programa individual de atención que puede ser una ayuda económica para pagar un cuidador, una plaza en una residencia, un centro de día o recibir ayuda a domicilio, entre otras prestaciones. Y cada beneficiario paga un copago en función de su patrimonio económico. En todo caso, el beneficiario puede solicitar a la Administración una revisión tanto de su grado como de su Programa Individual de Atención.

A partir de 2014 la Xunta empezó a aplicar en Galicia los recortes dictados por el Gobierno central. Se cambió la clasificación de dependientes y se introdujeron criterios más restrictivos para acceder a un grado III, el que tiene derecho a más ayudas. La prueba, según José Manuel Ramírez, es que desde entonces "desaparecieron" miles de dependientes graves. En Galicia hay 4.500 menos, desde que se aplican los nuevos criterios.

Pero además se cambio el sistema de cálculo del copago, de manera que para saber cual es la aportación del dependiente no se tiene en cuenta su renta sino todo su patrimonio, lo que en la práctica incrementó las cantidades que debían pagar por los servicios.

Según los datos facilitados por la Xunta al Valedor do Pobo, desde 2014, pidieron una revisión de su grado un total de 21.789 gallegos. Sin embargo, fueron muchos más los que reclamaron cambios en las prestaciones que estaban recibiendo: un total de 36.903. En el último año, han demandado a la Xunta mejoras en sus prestaciones un total de 5.954 gallegos, de los cuales 2.460 son de A Coruña, 1.893 de Pontevedra, 855 de Lugo y 746 de Ourense.

El TSXG ratificó una condena contra la Xunta por rebajar el grado de dependencia a un ciudadano cuando éste le pidió que se lo revisase al alza porque su estado de salud se había agravado.