El papa Francisco dijo ayer en un estadio de El Cairo ante miles de personas, en su mayoría fieles de la minoritaria comunidad católica egipcia, que Dios rechaza el extremismo y que el único que permite es el de "la caridad". El Papa, en su segundo y último día de visita a la capital, presidió la misa, organizada en el estadio 30 de junio del Ejército del Aire, entre grandes medidas de seguridad precisamente para intentar evitar ataques de radicales islamistas. "A Dios solo le agrada la fe profesada con la vida", señaló.