Sus trazos en dibujos animados han contribuido a que obras dirigidas por el coruñés Alberto Vázquez como Birdboy o Decorado hayan logrado premios Goya al mejor corto de animación. Con él, también puso sus granitos de arena para que la película Psiconautas tuviese su Goya en la gala de este año y que, además, se hiciese con el galardón de mejor filme de animación europea en 2016 y con un premio Platino este año. Este mago de las líneas es Khris Cembe, que con su corto Viaje a pies triunfó en el Festival de Cans en 2016. Con su nuevo proyecto, Soy una tumba, acaba de lograr que el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA) le otorgue la segunda mayor subvención del año a un corto de animación.

La cuantía exacta de la ayuda es de 20.527 euros e impulsará la realización de esta pieza audiovisual, un " thriller rural", según él mismo describe, contextualizado en Galicia. Respecto a la historia, Cembe explica que establece una conexión con el contrabando y el tráfico de drogas de finales de los años 80 y la década de los noventa. "La temática -amplía- es el abandono de la infancia de un niño solitario que guarda un terrible secreto. Busco desmitificar la vida idílica de los niños que se acostumbra a ver en la animación. Hablaré de la crueldad entre niños y de la que muchas veces los adultos no nos damos cuenta", señala.