La Consellería de Sanidade estudia ampliar la edad de jubilación de los médicos jubilación de los médicosque trabajan para el Sergas hasta los 68 años. Desde mayo de 2016 los facultativos pueden prorrogar su actividad laboral hasta los 67, pero a esa edad obligatoriamente deben retirarse, a pesar de que muchos de estos profesionales desean seguir en activo. De hecho, poder trabajar hasta los 70 años ha sido una de las principales batallas que han presentado los colegios médicos gallegos ante el departamento que dirige Jesús Vázquez Almuíña en los últimos años. El retraso de la edad de jubilación permitirá al Sergas paliar el déficit de profesionales que existen en algunas especialidades y afrontar el problema que supondrá para las plantillas sanitarias la jubilación masiva de un tercio de sus facultativos en la próxima década.

Tradicionalmente los médicos siempre han tenido la opción de trabajar hasta los 70 años cuando sus condiciones físicas y mentales se lo permitieran. Pero en 2012, en plena crisis económica, una de las medidas de austeridad adoptadas por la Administración autonómica fue obligar a todos los empleados públicos, incluidos los facultativos, a jubilarse a los 65 años, una forma de reducir las plantillas públicas y contener el gasto en personal.

Esta decisión enfadó al colectivo médico. Desde el Colegio de Médicos de Galicia se instó a los profesionales a recurrir administrativamente todas las negativas del Sergas a seguir trabajando después de cumplir 65 años. Cuando Jesús Vázquez Almuíña fue nombrado conselleiro en sustitución de Rocío Mosquera se comprometió a flexibilizar la jubilación de los profesionales del Servicio Galego de Saúde.

Y en mayo de 2016 se dio el primer paso. Se amplió la edad de jubilación del personal sanitario hasta los 67 años. Ahora, tal y como informan desde la Consellería de Sanidade, se estudia aumentar ya este año ese límite a los 68 años.

Los últimos datos que aportó el Sergas, transcurrido algo más de medio año desde que se amplió la edad de jubilación a los 67 años, revelan que uno de cada tres médicos en edad de jubilarse prefirió seguir en activo. En siete meses se prorrogó la jubilación a 60 facultativos.

Los colegios de médicos de Galicia siempre siempre estuvieron en contra de la jubilación forzosa, al considerar que se pierde mucho talento y experiencia. Hay que tener en cuenta además que cada facultativo tiene un largo periodo de formación, de manera que su incorporación a la vida laboral suele retrasarse varios años.

Y Sanidade ha reconocido en más de una ocasión las dificultades para encontrar relevos en algunas especialidades como pediatría.

A esto se suma el alto envejecimiento de las plantillas que hace prever un elevado número de jubilaciones en los próximos años. Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística, un tercio de los médicos que ejercen en la comunidad gallega, la mayoría en la sanidad pública, alcanzarán la edad de jubilación durante los próximos diez años. De los 13.559 facultativos colegiados en Galicia, un total de 4.529 tienen entre 55 y 64 años, es decir, a un 33,4% de la plantilla actual de doctores le tocará retirarse en una década.

Reposición

Esto se produce además tras unos años en los que las limitaciones impuestas a las tasas de reposición impidieron cubrir todas las vacantes en el Sergas, y, por lo tanto, se redujeron las plantillas. Ahora intenta compensar este déficit acumulado redoblando las plazas que saca en las ofertas de empleo público. El año pasado fueron 1.600, el doble que las del ejercicio anterior. Y de ellas, cien serán para la incorporación de nuevos facultativos.

La CIG, sin embargo, advierte que la ampliación en la edad de jubilación de los médicos no resuelve el problema sino que lo retrasa. Según argumenta, si se sigue prorrogando el retiro de los facultativos hasta que lleguen a los 70 años, en 2020 se producirá "un colapso sanitario cuando una importante parte de este colectivo llegue a esa edad".

En opinión de la responsable de Saúde del sindicato, María Xosé Abuín, faltan profesionales y eso genera "listas de espera en atención primaria por falta de cobertura de vacantes y colapsos en los servicios de urgencias".

Los mayores déficits de facultativos, según la CIG, están en pediatría, tanto en atención primaria como hospitalaria, en los Puntos de Atención Continuada (PAC), en urgencias y en el 061.