La fiscal de la Unidad Coordinadora sobre la Violencia de Género de la Fiscalía General del Estado, Teresa Peramato, afirmó ayer que hacer descansar "toda la responsabilidad para acabar con la lacra que es la violencia de género en el derecho penal es una equivocación; no siempre una vuelta de tuerca más nos va a dar una solución al tema". La fiscal participó ayer en unas Jornadas sobre Violencia de Género, un encuentro multidisciplinar sobre el que planeó inevitablemente la sentencia que condenó a los cinco integrantes del grupo conocido como La Manada por delitos continuados de abuso sexual a una menor en la fiesta de San Fermín de Pamplona en 2016, y que desataron la indignación al no considerar el tribunal que fuese una agresión sexual.

La fiscal no quiso referirse explícitamente al caso porque no se ha leído la sentencia, "un documento muy complejo" y además porque respeta el "muy buen trabajo" de su compañera, la fiscal Sarasate.

Dicho esto, insistió en que " las penas, son penas suficientemente proporcionales a la entidad de los hechos". "Otra cosa -matizó- es hablar de si es necesario o no crear tipos penales específicos cuando la mujer es la víctima, porque estamos viendo que, a veces, la perspectiva de género se pierde en esos tipos penales neutros en los que no se tiene en cuenta la especificidad de la víctima, que es la mujer, por razones de género".

Por ejemplo, explicó, la mujer sufre "los delitos contra la libertad sexual o en el ámbito de la familia como consecuencia de esa posición de dominio, la relación de poder y desigualdad que ha caracterizado las relaciones, y que tiene en cuenta además la ley".

Otro problema que hay que tener en cuenta, según Peramato es que queda mucha violencia de género oculta. "Según una macroencuesta del año 2015, solamente llegaba al juzgado el 28,4% de la violencia, y el resto seguía oculto", aunque "desde 2014 para acá se ha producido un incremento importante en el número de denuncias registradas: en 2017 se registraron 166.260, que suponen un 16% más que el año anterior". Con todo, lo que más le preocupa a esta experta es que "ha habido un incremento muy importante en la violencia que sufren menores, jóvenes y adolescentes".

La propia macroencuesta señalaba que "si la violencia de control o de acoso en la generalidad de las mujeres es de un 9%, cuando hablamos de niñas o mujeres menores de 21 años se eleva a un 21%, y sabemos que la violencia sexual y la violencia física en el ámbito de parejas jóvenes también va in crescendo, y que las mujeres jóvenes y adolescentes son las que menos denuncian".

Por eso, la fiscal anima "a todas las personas del entorno de las víctimas a que, como dicen las campañas, se mojen, que tomen la iniciativa, que las apoyen, las acompañen, que las crean y que denuncien, porque es la única manera de poner freno a la violencia".