El ictus es la primera causa de discapacidad grave en la vida adulta en España y solo en la comunidad gallega se registran cada año más de 6.000 casos. El riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular aumenta con la edad, pero la neuróloga Mar Castellanos asegura que "controlando diez factores de riesgo", los casos bajarían en picado. La jefa del servicio de Neurología del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) fue una de las ponentes de la jornada Humanización de la asistencia sanitaria: la importancia de la prevención cerebro-cardiovascular en el envejecimiento activo y saludable que se celebró ayer en Santiago, organizada por Alianza BSM-Pfizer en colaboración con el Imserso y el aval de Freno al Ictus, la Federación Española de Asociaciones de Anticoagulados y la Asociación de Informadores de la Salud.

-La jornada se centró en las patologías cerebrovasculares en mayores, ¿han aumentado los casos en este colectivo?

-Tanto la cardiopatía isquémica como los ictus son una de las principales causas de muerte en este colectivo. En el caso de los ictus, por ejemplo, ya son la principal causa de mortalidad en mujeres y la segunda en hombres. Además son la primera causa de discapacidad en adultos. Es una patología muy ligada a la edad y los estudios epidemiológicos prevén que en 2025 hayan aumentado un 27%.

-¿Es posible prevenir el ictus?

-Sí, está demostrado que si se controlan diez factores de riesgo, podrían prevenirse un 80% de los ictus que se producen. Esos factores se dividen en dos grandes bloques. Por una parte modificar los hábitos de vida, es decir, evitar el sedentarismo, la obesidad, tener una dieta sana (con fibra, fruta, poco sal), no fumar, consumir moderadamente alcohol... Y por otro lado, controlar factores de riesgo vascular, es decir, la hipertensión, la diabetes, la hipercolesterolemia, la estenosis de las carótidas y detectar si hay fibrilación auricular que es un tipo de arritmia muy frecuente y que aumenta el riesgo de sufrir un ictus. Es más habitual en personas mayores.

-Si se sabe cómo evitarlos, ¿qué se hace mal para que la previsión sea de que los ictus irán a más en el futuro?, ¿la población falla a la hora de seguir hábitos de vida saludables?

-Se une el no seguir buenos hábitos y el hecho de que cada vez vivimos más tiempo y esta patología está muy vinculada a la edad. A medida que aumenta la edad hay más probabilidad de sufrir un ictus porque también es más frecuente tener hipertensión o la fibrilación auricular. Esta es la arritmia más frecuente, sobre todo entre los mayores. Si a los 45 años la tasa es del 4%, al superar los 80 años se eleva hasta el 16%.

-¿Cómo se puede detectar esta fibrilación auricular, en la consulta del médico de cabecera o hay que ir al especialista?

-Puede dar síntomas como palpitaciones, pero el problema es que muchas veces es asintomática y se detecta cuando uno se realiza una revisión por otra cuestión y se somete a un electro, por ejemplo. No hace falta ir al especialista y de hecho en algunos sitios ya hay programas para intentar detectarla. Descubrirla es muy importante porque permite tratarla y esto es una labor preventiva para evitar ictus.

-¿Todos los ictus son iguales?

-No. El más frecuente, en el 85% de los casos, es el que se produce por obstrucción de la arteria. El otro 15% se debe a la rotura de la arteria y es cuando se produce una hemorragia.

-¿Por qué afecta más a las mujeres?

-Simplemente por que viven más tiempo que los hombres. Es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres, pero la recuperación es peor a medida que aumenta la edad. No es lo mismo sufrir un ictus a los 60 que al superar los 80.

-Cuando se produce en jóvenes, ¿las causas son las mismas?

-No. Consideramos paciente joven aquel que sufre un ictus con menos de 50 años y aunque puede deberse a los factores de riesgos comentados como obesidad o hipertensión, normalmente no, se realiza un estudio sobre las posibles causas que están bien definidas en las guías médicas.

-¿Qué síntomas pueden hacer sospechar que se trata de un accidente cerebrovascular?

-Siempre recordamos que hay tres signos claros de alerta que son la pérdida fuerza en un lado del cuerpo, en piernas o brazo; la desviación de la comisura de la boca y presentar dificultad para hablar. Además puede haber otros síntomas como dolor brusco e intenso de la cabeza o pérdida de parte de la visión. La clave está en que si aparecen estos síntomas hay que acudir rápidamente al hospital, aunque no sean todos o aparezcan de forma transitoria, es decir, pierdes la fuerza en el brazo, por ejemplo, y la recuperas al rato.

- La rapidez en la asistencia es clave...

-Sí. Cuanto antes se inicie la asistencia y el tratamiento, mejor será la recuperación del paciente. Hoy en día ya hay tratamientos que permiten alargar los tiempos, pero siempre es mejor iniciarlos cuanto antes. Por ejemplo, un tratamiento que se aplica en vena para deshacer el trombo permite actuar en las cuatro horas y media primeras desde los que aparecen los síntomas; otra terapia que mediante un catéter permite extraer el trombo se alarga hasta las seis horas. Pero lo que está claro es que las posibilidades de hallar tejido, células salvables es mayor cuanto antes se llegue al hospital.

-¿La gente está más concienciada? ¿Acuden ahora antes al hospital?

-Hemos mejorado pero todavía hay mucho que hacer. El problema es que normalmente no duele, no es como si aparece un dolor en el pecho que por si acaso es un infarto, todo el mundo va al hospital. Todavía nos llegan muchos pacientes que han sufrido los síntomas hace tres días o que los tuvieron el propio día pero dejaron pasar el tiempo y al ver que no remitían es cuando deciden ir a urgencias.